Bajo la sombra de árboles de mango hay varios carretes de madera, pintados con trazos de colores, acondicionados para funcionar como mesas que se utilizan para actividades académicas, culturales y también para la gastronómica.
En lo que fue el emblemático depósito ferroviario, con las características paredes de chapas, ahora funciona una cocina con cierto toque industrial, donde se preparan los platos del emprendimiento Chaca Restó Bar.
Estas intervenciones empiezan, de a poco, a cambiarle de color al predio, ubicado sobre Manuel Gondra casi Tacuary, que con los años se convirtió en un sombrío espacio abandonado, un nostálgico lugar que alguna vez fue parte de los años de esplendor de la actividad ferroviaria en el Paraguay.
“Agarramos este local como un proyecto. Tenemos lo que es Chaca Tours, un turismo por el barrio Chacarita, y como los extranjeros que por lo general vienen a querer buscar un lugar donde compartir, sentarse, tomar algo, empezamos con esto”, comenta Marcos Vizcarra, quien forma parte de la iniciativa que busca revitalizar la zona céntrica, emblemática y a la vez estigmatizada de la capital.
“Acá estamos hace casi un año. Cuando entramos no había nada, no había parte eléctrica, baño. Los chespis (personas adictas a drogas) entraron a hacer lo que querían. Y nosotros, de a poco, a pulmón, con mi cuñado, Cristian Núñez, estamos haciendo este emprendimiento. Yo en la parte de gastronomía y él en la parte de turismo. Es un proyecto a pulmón, pero hay gente que se va sumando, el arquitecto Marcelo Kublik es uno de los que están también en el proyecto y la idea entonces es revitalizar todo ese sector”, agregó.
En el predio, ubicado a pocos metros de la Estación Central del Ferrocarril, existen tres vagones. Dos serían de origen argentino, para el traslado de pasajeros y uno cuya procedencia es Bélgica, según se lee en la antigua placa. Todos estos patrimonios sufrieron hasta incendios con sus respectivos mobiliarios al ser utilizados como aguantaderos.
La restauración de los vagones, por parte del Gobierno, aún llevaría tiempo. Por lo que de momento el grupo comenzó con mingas para, al menos, mantener despejadas de basuras las transportadoras.
“En el gobierno de Fernando Lugo, estos vagones funcionaban como biblioteca, pero luego terminó y volvió a ser un aguantadero. Hasta llegó a incendiarse porque aquí entraban a quemar basuras. En la minga sacamos como cuatro toneladas de desperdicio”, relató Vizcarra.
ALIANZA. Ante un acuerdo con Fepasa, el inmueble es alquilado para el emprendimiento gastronómico, que además sirve como un espacio cultural y académico.
En el lugar también desarrollan actividades los estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA), de la Universidad Nacional de Asunción.
“Los alumnos vienen, los sábados por lo general, y tienen clases acá en la mañana. También desarrollan proyectos que tienen que ver con toda esta zona de Chacarita”, comentó Marcos.
Expresó que a través de la alianza con otras instituciones, también promueven eventos culturales de guarania, peña, tango. Hay talleres de stand up, exposiciones de arte, y de paso conciencian sobre el estado de los patrimonios. Crearon igualmente un espacio para mujeres emprendedoras del barrio Chacarita.
LA CARA DE ABANDONO. A pocos metros del espacio que logró el rescate por parte del sector privado, existen otras propiedades de Fepasa que se ven en pésimo estado, exponiendo al menoscabo a valiosos patrimonios.
Una imponente locomotora a vapor se encuentra a merced de todo tipo de atropellos al quedar estacionada en plena vereda, sobre la calle Manuel Gondra, en la esquina donde también se encuentran la calle Tacuary y la avenida España. Una zona considerada como roja ante los constantes hechos delictivos.
En la histórica locomotora fueron colocados espantosos carteles de campañas políticas. Las malezas crecen entre los hierros y hasta una ropa interior fue depositada en uno de los espacios.
En los predios, que incluso se encuentran más cerca de la oficina central, las malezas avanzan sin interrupción. A los vagones y locomotoras los invaden la herrumbre, la desidia y el olvido.