Así lo manifestó en una webinar que abordó las políticas públicas en el contexto del envejecimiento poblacional y los desafíos para la seguridad social y la sostenibilidad previsional, organizada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Mtess) y el Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (Ciess).
A la par de esas proyecciones, la especialista indicó que habrá menos contribuyentes y fuerza de trabajo joven, por lo que se precisa aumentar la productividad en esa franja poblacional.
“No siempre se tendrá una estructura joven de población; además que se acelerará el proceso de envejecimiento”, agregó.
Para precisar porcentajes, Zavattiero especificó que en 1950 la franja mayor de 60 años ocupaba el 6% de la población total, mientras que quienes tenían entre 30 y 59 años abarcaban el 22%. Los primeros actualmente sumaron cantidad y se posicionan con el 13% de la población total, en tanto que en un cuarto de siglo más crecerán hasta el 22%.
El problema que se genera a partir de estos anticipos es que solo dos personas (de cada diez) de 18 años y más aportan al sistema jubilatorio; mientras que uno de cada diez desarrolla un plan de ahorro a futuro, con lo que el panorama se complica a nivel de seguridad social.
En este sentido, la panelista expuso una Encuesta Longitudinal de Protección Social, cuyos principales datos hablan de que el 25,7% de los paraguayos mayores de 15 años piensa financiar su vejez con ayuda de sus hijos; el 24,8% desconoce cómo hará para sostenerse cuando llegue a la edad adulta mayor; 17,3% lo financiará con sus ahorros; 14,3% de los encuestados dijo que una jubilación o pensión del Estado se hará cargo de sus gastos y un 11,1% con rentas de alquiler de propiedades, entre las principales respuestas.
Por su parte, Nicolás Starck, economista chileno, versó sus apreciaciones en torno al envejecimiento y la sostenibilidad previsional, refiriendo que su país enfrenta un envejecimiento acelerado, con un 14% de población mayor de 65 años, superando proyecciones regionales y mundiales.
“Dos fenómenos explican esta situación: Menores nacimientos y el aumento drástico de la esperanza de vida. En este último punto, los varones de 65 años tienen una esperanza de 22 años más; mientras que en las mujeres ese índice supera los 30 años”, explicó.
Entre las lecciones de la sostenibilidad del sistema de pensiones, el economista esgrimió que esto último debe ser financieramente sostenible en el tiempo, asegurar justicia intra e intergeneracional, para que ninguna generación se enfrente a un desequilibrio significativo entre sus beneficios y contribuciones a través de diversos mecanismos.