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Estos dispositivos no solo son una parte de nuestro ajetreo diario. Viven pegados a nuestros ojos y manos.
Si bien las herramientas digitales, sobre todo las que están en el teléfono, ayudan a aprender habilidades y también a resolver aspectos de la vida diaria, pueden terminar consumiéndonos por completo. “Pero también hay que tratar de equilibrar, porque si vivimos solamente pegados a la pantalla, a la par vamos desarrollando factores que condicionan nuestra salud mental”, explica el licenciado Édgar Enciso, jefe de Departamento de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
Según explicó, la mirada debe posarse sobre dichos factores. Por ejemplo, el uso excesivo de las pantallas aumenta el aislamiento del entorno social.
Recordó que el desarrollo social es posible a través de las relaciones sociales con la familia, la pareja, los amigos y los distintos entornos con los que interactúa la persona.
La absorción que genera el imán digital abarca distintas edades actualmente, sobre todo los niños.
El doctor Néstor Sánchez, neuropediatra del Hospital Acosta Ñu, recuerda que hace dos o tres décadas las advertencias de los profesionales giraban en torno al uso excesivo de la televisión y el videojuego.
Sin embargo, estos entretenimientos tenían un tiempo determinado de duración ya sea por el programa o decisión de mamá y papá. No ocurre lo mismo con YouTube o el contenido vía plataforma de streaming.
El neuropediatra coincide con el referente del MSP en que, al igual que los adultos, los niños no socializan al estar metidos en las pantallas.
“Obviamente, eso roba tiempo de socialización, y te hace una persona como más individualizada porque eso es lo que más le interesa”.
Consecuencias. El neuropediatra describe además que los estímulos que genera el uso de estos dispositivos electrónicos, incrementa la descarga de dopamina en el cerebro. Esto hace que sienta la necesidad de usar continuamente esos aparatos.
Ambos profesionales de la salud coinciden en el impacto que producen, sobre todo cuando los niños, jóvenes y adultos exceden por lejos el tiempo recomendado de las dos horas.
Una de las causas más visibles es el sedentarismo. Cuando el niño está quieto le genera ansiedad. Y con ello, las ganas de comer más.
Aquí aparece otra causa más visible sobre el abuso del tiempo con las pantallas: El sobrepeso y la obesidad, recuerdan Sánchez y Enciso.
Este último recalcó que los índices de obesidad en el país entre la población mayor de 18 años llega al 52%.
Agregó también que la Encuesta Escolar de Salud Global del año 2017 detalla que el 34% de la población de niños y adolescentes está tres o más horas sentado o recostado a lo largo del día.
En el caso de los mayores, ellos pasan alrededor de cuatro horas sin estar realizando alguna actividad, agrega.
Además del sobrepeso y la obesidad a causa del sedentarismo, a la larga pueden sumarse los problemas cardiovasculares, trastornos de sueño, bajos rendimientos escolares.
El neuropediatra puntualiza las investigaciones a nivel mundial que señalan que se ha triplicado el tiempo de exposición de los niños a las pantallas.
Explicó también que no ha sido demostrado que la larga exposición al entretenimiento digital sea causa de autismo, hiperactividad, déficit de atención o del lenguaje.
Pero sí puede contribuir a empeorar los síntomas de estos problemas presentes en la población pediátrica.
Alternativas para escapar de la red digital
Si bien es un gran problema pasar largas horas con los dispositivos electrónicos, ya sea maratonenando series o chateando, es difícil prescindir totalmente de ellos.
La clave está en poder lograr un equilibrio en su uso. Cambiar la dieta de lo que uno consume, como señalan algunas publicaciones sobre el tema.
Para quienes trabajan en las computadoras durante varias horas al día, el licenciado Edgar Enciso recomienda realizar las pausas activas.
Estas pueden realizarse levantándose de la silla cada hora y moviéndose durante dos o tres minutos.
También puede realizarse una pequeña caminata y estiramientos. Esta rutina también puede repetirse en el hogar, señala.
Otra actividad que recomienda para cortar el sedentarismo es utilizar aplicaciones que puedan ayudar a moverse a la par de la música.
Este tipo de rutinas puede llevarse adelante dentro del hogar y con la presencia de los niños, como realizando un juego entre todos.
Enciso enfatiza además que el dispositivo electrónico puede usarse, pero sin pasar el tiempo recomendado.
Si bien puede ser aliado para buscarle el otro lado a la presencia de la pantalla, también puede hacerse otras cosas fuera de ella.
“Desarrollar actividades al aire libre, eso es importantísimo. Que la familia, tanto niños como adultos, también desarrollen actividades al aire libre. Que vayan disfrutando de la naturaleza, se recreen, que dejemos el celular y desarrollemos actividades que beneficien a nuestra salud”.
El doctor Néstor Sánchez quita el peso del estigma y puntualiza que la pantalla inteligente, utilizada como un instrumento para enseñar, tiene un uso válido.
Pero ese uso debe ser acompañado por el adulto, que de esa manera esté generando vínculo humano.
“Ahora, la pantalla inteligente utilizada como instrumento para tirárselo al niño nada más y que esté prendida ahí y para que no moleste, eso es lo que no está bien, porque eso va a generar problemas, explica el neuropediatra del Hospital Acosta Ñu.