La oscura red de influencias tejida por la familia Palumbo, cuya cabeza es conocida como El Pulpo, ha vuelto a salir a la luz, revelando procedimientos cuestionables en la obtención de millonarios contratos públicos. En el epicentro de este escándalo se encuentra la empresa Potî SA, señalada por su conexión con la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) y un historial de maniobras sospechosas.
Asuntos de familia. Con una trama digna de una obra de Mario Puzo, la historia comienza con José Martín Palumbo Arámbulo, sobrino de Alberto Palumbo, quien formó parte del primer anillo de la mesa del Consejo del Instituto de Previsión Social. Su participación no solo se destacó por sus consejos, sino también por la adjudicación de contratos millonarios a la empresa de su tío, Alberto Palumbo.
Curiosamente, tras su paso por el Instituto de Previsión Social, José Martín Palumbo Arámbulo ahora está comisionado a la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP). Desde esta posición estratégica, Potî , la empresa de la familia Palumbo, encontró un terreno fértil para ser favorecida repetidamente.
Las denuncias públicas revelan que, lejos de actuar con transparencia, la empresa Potî empleó tácticas como la inclusión de personas sin su autorización para completar una nómina de empleados, que finalmente nunca prestaron sus servicios como colaboradores en la limpieza del IPS, así como la utilización de documentos falsos, objeto de denuncia cuyo proceso sigue durmiendo en el Ministerio Público por los malos oficios de funcionarios afines a los Palumbo.
Uno de los tantos puntos controvertidos que favorecen a este grupo se encuentra en la Resolución DNCP 1995/23, que inicialmente dictaminaba la inhabilitación de Palumbo y de su empresa Potî. Sin embargo, en un giro inesperado, la Resolución DNCP 3706/23 del 03/10/23 pospuso dicha inhabilitación, generando así sospechas de maniobras para asegurar impunidad y protección.
Este vidrioso episodio ha dejado al descubierto el modus operandi de Potî que se mueve de forma zigzagueante en detrimento de la calidad de servicios esenciales que debe prestar. La limpieza de hospitales es un servicio clave en un área en extremo sensible que es financiado con fondos públicos, que, algunas veces, son desperdiciados.
Las acciones dudosas de este grupo rozan la ilegalidad y las buenas prácticas empresariales. La empresa ha sido acusada de aprovecharse de cientos de trabajadores. Habitualmente los que tienen el infortunio de ser contratados por esta familia en sus licitaciones hacen manifestaciones para exigir el pago de sus haberes. Los miles de aportantes del IPS son también víctimas de los malos servicios, pues en reiteradas ocasiones sectores de asegurados se quejaron del estado de la sede central y otros centros de asistencia de la Previsional.
HORA DE ACTUAR. Esta situación, que por reiterada adquiere visos de escándalo, exige una pronta intervención de las autoridades y una exhaustiva investigación por parte de los organismos pertinentes.
Los miembros del Consejo de IPS tienen la obligación de cuidar a la institución y no formar parte de ningún plan sospechoso para esquilmar a la misma. Hasta el momento, ninguna autoridad del IPS intervino para poner un coto a esta problemática y sobre todo a los aparentes beneficios poco claros de los Palumbo.
Prácticas esclavistas y malos pagos
Los trabajadores de limpieza dicen que las cosas no cambiaron tanto tras las denuncias realizadas contra Potî, que los pagos de salario siguen retrasándose, el salario mínimo es lo que se debe pagar, pero reciben mucho menos y tienen prohibido usar sus teléfonos celulares. Asimismo, el horario laboral suele extenderse últimamente hasta más de las 22:00.
En mayo pasado se denunció que el consorcio tenía a sus trabajadores en situación de esclavitud. Un ejemplo de ello es que les hace firmar contratos por G. 3,8 millones como salario mensual, sin embargo, solo cobraban G. 1,9 millones. La mitad del dinero era robado, en otras palabras, por el empleador.
También sigue la práctica de hacer rotar a los limpiadores de un área a otro cuando no debería de ser así, pues se contaminan las personas y también los pacientes, según una funcionaria que pidió mantenerse en anonimato.
Esperan que este diciembre cobren a tiempo su sueldo y reciban aguinaldo.