–¿Qué refleja en su libro?
–El libro Memoria y Cultura por la democracia en Cuba es un libro de investigación que se enmarca dentro de un proyecto de la asociación civil Cultura Democrática donde trabajamos para visibilizar la realidad de Cuba y lo que hacen muchas personas de la sociedad civil para lograr la democracia en Cuba, luchan pacíficamente para la democratización de dicho país caribeño. Es una investigación que lo hice con el objetivo de reunir y compilar muchas iniciativas de diálogo de la sociedad civil durante los últimos 30 años, desde la caída del muro de Berlín. Cuando cayeron las dictaduras de Europa se esperaba lo mismo de Cuba y eso nunca sucedió. Compilé muchas iniciativas. La sociedad civil cubana ya está un poco más madura, siempre está combatiendo contra el régimen totalitario.
–¿Cuál es la realidad que viven los activistas en Cuba?
–La realidad es que, por ejemplo, para entrevistar a familiares de un preso político, hay toda una red de apoyo incluso del exterior para estar atento, para que no le pase nada. Simplemente por hacer una entrevista pueden caer presos, pueden ser amenazados, viven con miedo constante. Una simple entrevista o simple reunión pueden significar la pérdida de la libertad. Lo que estamos haciendo ahora no se puede.
–Esta situación también se da en Venezuela o Nicaragua. ¿Qué reflexión tiene?
–Cuando yo empecé a trabajar con Cuba en 2006 era la única dictadura de América Latina y lamentablemente significó un cáncer sobretodo retroalimentando el populismo del siglo 21, y se pusieron de acuerdo en mantenerse en el poder y lograr impunidad, no solamente como políticos, sino con redes de narcotráfico, y no es simplemente eso de perpetuarse en el poder sino es una red de terrorismo, narcotráfico. Estamos hablando de tráfico de armas y contra el crimen organizado es muy difícil. Estamos hablando de personas normales que solo por querer reivindicar valores normales como la libertad, la justicia arriesgan su vida y su libertad y están peleando contra toda esa red de poder que es muy difícil. Pero lo hacen convencidas. Varios activistas dicen o pierdo la libertad o pierdo mi dignidad.
–El crimen organizado va ganando terreno en América Latina y sobre todo en nuestro país, donde incluso van instalando candidaturas en el Congreso, en los partidos políticos y hasta en la Corte. ¿Cómo evitarlo?
–Las redes de poder, no solamente con los políticos dictatoriales o autoritarios sino lamentablemente en las democracias, van contaminando, es como un cáncer, ninguna democracia está inmune de vivir ese mal. La lección que hay que sacar de todo esto es que hay que prevenir más que curar. Cuando ya está instalado ese crimen organizado en el poder es mucho más difícil erradicarlo.
–¿Y cómo prevenirlo?
–En países como los nuestros Argentina o Paraguay a veces el Poder Judicial ya está contaminado por corrupción o inmovilizado por el miedo. Muchos jueces que no hacen nada porque están amenazados por el mismo narcotráfico son igual de cómplices porque ese inmovilismo, por creer que no puede hacer nada. Así como el crimen es organizado, la sociedad civil o la gente democrática y con convicciones también debe organizarse mejor. Somos mucho más la gente honesta y que defiende la verdad y la justicia que los malos. Hay que tomar coraje y contagiar con esa convicción de que sí se puede, uniéndonos, si se denuncia, y trabajar para fortalecer las instituciones democráticas. Por eso es importante la solidaridad democrática. Es levantar la voz por la bandera de la democracia.
–¿Cree que en América hay un giro hacia la izquierda?
–Son ciclos. La política es pendular. Quizás el efecto electoral del voto castigo, cuando la gente siente que un gobernante no le resuelve el problema vota al signo contrario. Sí, quizás ahora estamos volviendo un poco a la izquierda por el fracaso de gobiernos de gente de derecha La izquierda en sí no es dañina, el tema es de los que se valen de esa ideología para levantar la bandera de los pobres pero en realidad nunca implementan esa política. En el momento en que gobiernan lo único que hacen es asistencialismo y no terminan resolviendo el problema. En Argentina se triplicó la pobreza y eso es consecuencia de 12 años de kirchnerismo y de malas políticas.
–¿Cuáles son los factores que ponen en peligro las democracias en América Latina?
–La desinformación, la falta de educación, la falta de cultura democrática. Cuando haya una cultura de participación e involucramiento y los ciudadanos ejerzan sus responsabilidades habrá cultura democrática. Cumpliendo simplemente las normas. Los políticos son reflejos de la misma sociedad. Si hay una sociedad acostumbrada a saltarse las normas, los políticos al momento de gobernar también lo hacen.
–Cómo se puede mejorar la calidad de la representación política?
–El ser político está muy desprestigiado. A veces el populismo de izquierda como de derecha no contribuyen a eso. Los gobernantes que dicen ser de la nueva política o son empresarios y entonces se ufanan y quieren menospreciar y se valen de que no es político ya tiene buena imagen. Hay que trabajar para enaltecer esa profesión, es poder ayudar a los demás. El tema es que al llegar se olvidan para qué se les dio ese poder.
–¿Y cómo ve a nuestro país? Los partidos políticos siguen presentando en sus listas a cuestionados, políticos con procesos judiciales y muchos incluso ligados al narcotráfico o lavado de dinero.
–Mientras seamos presos de las encuestas y de los que están posicionados mediáticamente, los populismos de derecha se valen de hacer cosas políticamente incorrectas, simplemente para hacerse conocer y ganar fama, no importa el cómo, no importa si insultan. El rol de la prensa es también fundamental para aportar democracia. Los ciudadanos son un poco responsables, se consume más ese tipo de noticias cuando hay algún escándalo que cuando alguien hace bien las cosas, es la sociedad entera que debe autoreflexionar. Los medios tienen un rol, los profesores en las escuelas y universidades tienen otro rol para cambiar esas mentalidades. Tienen que tomar de ejemplos otros tipos de políticos y que todos contribuyan a posicionar a quienes sí son honestos. Los corruptos logran posicionarse y se levantan más las noticias de corrupción que de cuando se hacen bien las cosas y la gente conoce lo que consume en las noticias.
ENTREVISTA A Micaela hierro Dori, investigadora y consultora internacional
Hay que prevenir más que curar. Cuando ya está instalado ese crimen organizado en el poder, es mucho más difícil erradicarlo.
Cuando haya participación e involucramiento y los ciudadanos ejerzan sus responsabilidades habrá cultura democrática.
Biografía
Micaela Hierro. Es licenciada en Relaciones Internacionales. Máster en gestión de proyectos de Acción Humanitaria. Desde el 2005 trabaja como consultora para distintos organismos internacionales, y agencias estatales. Desde el 2004 es emprendedora social, trabajando en el fortalecimiento de la sociedad civil y proyectos de participación ciudadana. Es activista de DDHH.