En la plegaria del Angelus, en la plaza de San Pedro, realizada en la víspera, el papa Francisco se dirigió al presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, para suplicarle que cese, también por amor a su pueblo, la “espiral de violencia y de muerte”.
Esta es la primera vez desde el inicio del conflicto el 24 de febrero que el papa se dirige directamente al presidente ruso en uno de sus discursos.
El pontífice se refirió también por primera vez a las anexiones de territorios ucranianos por parte de Rusia, lamentando este paso y recomendando “respetar la integridad territorial de cada país”.
“Deploro vivamente la grave situación que se ha creado en los últimos días, con nuevas acciones contrarias a los principios del derecho internacional” y agregó que esto “aumenta el riesgo de una escalada nuclear” y hace temer “consecuencias incontrolables y catastróficas a nivel mundial”.
El Papa también lanzó un llamado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, “a estar abierto a propuestas de paz serias”.
Lamentó los “ríos de sangre”
Ante los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa pidió a los líderes de la comunidad internacional “que hagan todo lo que esté a su alcance para poner fin a la guerra en curso, sin dejarse arrastrar en escaladas peligrosas”.
“Promuevan y apoyen iniciativas de diálogo. ¡Por favor, que las generaciones más jóvenes respiren el aire saludable de la paz, no el aire contaminado de la guerra, que es una locura!”, expresó.
En sus palabras, Francisco manifestó su aflicción por “los ríos de sangre y lágrimas derramadas en los últimos meses”, así como por “las miles de víctimas, especialmente niños, y las numerosas destrucciones, que han dejado a muchas personas y familias sin hogar y amenazan con el frío y el hambre a vastos territorios”.
“¡Ciertas acciones no pueden ser justificadas nunca! ¡Nunca!”, exclamó.
El papa Francisco dijo que “es angustiante que el mundo esté aprendiendo la geografía de Ucrania a través de nombres como Bucha, Irpín, Mariúpol, Izium, Zaporiyia y otras ciudades, que se han convertido en lugares de sufrimiento y terror indescriptibles. ¿Y qué decir del hecho de que la humanidad se enfrenta una vez más a la amenaza atómica? Es absurdo”.
Fuentes: AFP / ACI Prensa