“Soplan todavía vientos de guerra y llegan noticias inquietantes de una posible catástrofe humanitaria en Siria, en la provincia de Idlib”, dijo Jorge Bergoglio, desde la ventana del palacio apostólico del Vaticano, momentos después del rezo del Ángelus.
“Renuevo mi llamamiento a la comunidad internacional y a todos los actores involucrados para que utilicen instrumentos de la diplomacia, del diálogo y de las negociaciones, en el respeto del derecho humanitario internacional y para proteger la vida de los civiles”, requirió.
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El coordinador humanitario de la ONU en Siria, Jan Egeland, solicitó a principios de agosto a los países con influencia sobre las partes en conflicto en Siria que eviten una guerra abierta en Idlib, donde viven tres millones de personas, la mitad de ellas desplazadas internas.
Idlib ha sido el área en la que durante años se han dirigido y refugiado centenares de miles de civiles desplazados por el conflicto o transferidos desde lugares que habían sido sitiados y posteriormente evacuados.
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