“San Juan Pablo II fue un regalo extraordinario de Dios para la Iglesia y Polonia, su patria. Su peregrinación terrenal, que comenzó el 18 de mayo de 1920 en Wadowice y terminó hace 15 años en Roma, estuvo marcada por una pasión, por la vida y una fascinación por el misterio de Dios, del mundo y del hombre”, destacó el papa Francisco en italiano.
El Pontífice señaló que fue “un gran hombre de misericordia” que “comprendió la especificidad y la belleza de la vocación de mujeres y hombres, entendió las necesidades de los niños, jóvenes y adultos, considerando también las condiciones culturales y sociales”.
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Y que puso especial atención en el amor y en el cuidado de la familia, hasta el punto de que “su enseñanza representa un punto de referencia” para encontrar soluciones ante las “dificultades y desafíos que enfrentan las familias hoy en día”.
Francisco finalmente recordó que Karol Wojtyla “sufrió la pérdida de su madre, hermano y padre cuando era niño”, “experimentó las atrocidades del nazismo, que le quitó muchos amigos” cuando era estudiante, y “después de la guerra, como sacerdote y obispo, tuvo que enfrentarse al comunismo ateo”.
Juan Pablo II en Paraguay
Hace dos días se cumplieron 32 años desde que el papa Juan Pablo II arribó a nuestro país trayendo esperanza para el pueblo y fuertes críticas para el tirano opresor y su séquito. El 16 de mayo de 1988, el Sumo Pontífice tuvo su primer encuentro con los feligreses paraguayos que salieron a su encuentro pese a la torrencial lluvia.
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Fue así que el religioso polaco se convirtió ese día en el primer Sumo Pontífice en pisar tierra guaraní y dejó su huella en Asunción, Caacupé, Encarnación, Villarrica y el Chaco con encuentros multitudinarios.