“Hace 12 años atrás Tin no tenía aún un mes y se portó de maravillas como el niñito Jesús del Pesebre Viviente de Plaza Carancho, en el querido barrio Trinidad. Durmió en plácida paz. Que vivan las tradiciones de barrio que nos unen, nos permiten encontrarnos y nos hermanan”, es lo que escribió la comunicadora feminista Adri Closs en su cuenta de Twitter.
En el barrio Trinidad estas fechas se vivieron siempre como un gran acontecimiento y sobre todo con un gran sentido de comunidad. Quizá por eso, y por el compromiso de los vecinos agrupados en la Asociación Amigos de Trinidad, lograron mantener por tantos años su tradicional concurso de pesebres, y el pesebre viviente en Plaza Carancho.
La casa de su abuela quedaba a una cuadra de la Iglesia, y el bebé, que se llama Martín, iba con sus padres a visitar a los parientes del barrio que vivían cerca de la Plaza Carancho, “eran otras épocas, sin Covid, donde le podías sacar a pasear al recién nacido, le llevabas a conocer a los parientes”.
Relata la comunicadora que justo aquella tarde fueron de visita a la casa de unos tíos y a ver a unos amigos, que viven a media cuadra de la plaza Carancho. Entonces, sucedió que integrantes de la Asociación los vieron “mironeando” los preparativos para el pesebre viviente, y al ver al bebé tan chiquitito les preguntaron si se animaban a participar.
“Al principio, dudé, ni un mes tenía, pero estaba re dormidito y probamos a colocarle en el pesebre, y estaba tan cómodo, tan bien rodeado de los otros niños y niñas que le cuidaban con tanto amor que lo único que hicimos el resto de la jornada fue mirarlo dormir, mientras los niñitos y niñitas cantaban, la verdad que fue hermoso”, recuerda Adri de aquella noche, que ella califica de mágica, “imaginate con el calor de diciembre, el ruido de la gente y los cantitos de las criaturas, en realidad el canto era hermoso, todo fue muy mágico”.
Para ella el recuerdo es inolvidable, “porque además, durante toda la representación no lloró, estaba en una paz enorme. Y la gente que asistió se reía, porque era de no creer que fuera un bebe’i real”.
La orgullosa mamá reconoce que apenas se veía al bebé dormido en el pesebre, “Ni se le nota a la bolita verde en medio del pesebre, pero aunque nadie note, vos sabés que es tu hijo el que está ahí, aunque se vea su dedito, ¡es su dedito!, ¡no sé cómo te explico!”.
La participación del bebé Martín no solo le dio más autenticidad a aquel pesebre viviente, sino que además evitó que un niño de casi un año y un poco más inquieto se viera obligado a hacer el papel.
Aquella noche nadie hizo fotos, tampoco había teléfonos inteligentes con cámaras fotográficas de gran resolución, es por ello que la sorpresa fue muy grande cuando vieron el pesebre viviente en la tapa del diario Última Hora, en su edición del domingo 21 de diciembre de 2008, ejemplar que forma parte del archivo de la comunicadora.
Adri Closs reflexiona finalmente sobre estos días: “Más allá de la religión, que es importante señalar siempre, porque finalmente la Navidad es la celebración del nacimiento de un bebé que desde su nacimiento nos enseñó tanto como humanidad”.
Y recalca la importancia del pesebre viviente del barrio Trinidad y su concurso de pesebres, así como el recorrido a repartir chipas en Semana Santa: “Son todas expresiones de comunidad que al menos yo no encuentro en otros barrios, y es lo que me encanta de Trinidad. Porque vivir en barrios, vivimos, pero otra cosa es vivir en comunidad. Eso se siente todavía en Trinidad”.