Tras las elecciones presidenciales de abril, donde resultó ganador Santiago Peña con una diferencia de más de 440.000 votos sobre su principal adversario coyuntural Efraín Alegre, la cantidad de licitaciones públicas se duplicaron.
Peña asumirá el cargo este 15 de agosto con su dupla Pedro Alliana, quien asumirá como vicepresidente.
Tras la paliza de la ANR sobre el principal candidato de la oposición, en los últimos tres meses del año (mayo, junio y julio), la cantidad de licitaciones se duplicaron. Esto, en contraste con el pedido del equipo de transición del presidente electo de mesura en la apertura de nuevos contratos con proveedores del Estado.
Números. En los meses de marzo y abril, el Gobierno central cerró 208 y 211 adjudicaciones, respectivamente. Sin embargo, en los meses de mayo, junio y julio, los números se duplicaron. En mayo se cerraron 435 licitaciones, en junio 439 y en julio 368 contratos.
En cuanto al valor en millones de dólares, el de marzo fue el más voluminoso, con casi USD 670 millones; sin embargo, a diferencia de los siguientes llamados, en este mes, el 86% de los recursos fueron destinados a compras para salud.
Luego de las elecciones presidenciales, en mayo se registra un incremento de casi el doble, teniendo en cuenta el mes anterior, el de abril. En total, en este mes se destinaron casi USD 308 millones para compras públicas.
En total, tras las elecciones presidenciales, el Gobierno central cerró un total de 1.242 licitaciones por un total de USD 587.015.872.
Pedido. A fines de mayo, un mes después de las elecciones generales, Santiago Peña, presidente electo de la República, pidió a Mario Abdo Benítez, mayor apertura para el diálogo con su equipo de transición, con el objetivo de parar las licitaciones consideradas como “no urgentes”.
Solicitó en su momento la conformación de una mesa de trabajo para lograr una transición normal. Resaltó que durante la asunción del actual Gobierno, en el 2018, se dieron todas las garantías para el cambio en el Ejecutivo.
Sin embargo, estos pedidos no tuvieron eco en el Gobierno saliente. El mismo Mario Abdo Benítez anunció que las licitaciones no se pueden parar. Incluso, calificó de “histéricos” tanto a Peña como a su equipo de transición, compuesto por Lea Giménez y José Alberto Alderete. “Hay que entender que la burocracia pública tiene sus tiempos y no podemos parar el funcionamiento del Estado”, respondió textualmente ante esta situación. Sostuvo que solo licitaciones puntuales estarían abiertas a escuchar.
Ante la acusación implícita de que este Gobierno dejará las “arcas vacías” a la próxima administración, el mandatario actual había anunciado meses atrás, que en lo que queda de su gobierno dejarán los recursos asegurados de los bonos que se colocarán en el mercado internacional por USD 500 millones, la recaudación tributaria que pueda haber hasta el 15 de agosto (descontados los gastos del Estado hasta entonces), más otros USD 127 millones provenientes del Banco de Desarrollo de América Latina.