El argumento más razonable que justifica el cobro del estacionamiento en la ciudad de Asunción es que se busca poner orden, como así también cambiar la realidad de abusos por parte de los denominados cuidacoches. Fuera de estos elementos solamente se nota un afán de recaudar, para que una empresa privada gane mucho dinero, mientras los graves problemas de la ciudad se acumulan y los ciudadanos los enfrentan estoica y resignadamente.
Las preguntas se suman y, pese a que se está planteando ofrecer paquetes de descuentos, lo que verdaderamente resalta en este drama es la tremenda improvisación. Cada día surgen nuevos grupos de ciudadanos con interrogantes respecto a si van a tarifar tal o cual zona, y si se debe pagar por estacionar frente a la residencia propia, o qué va a pasar con las zonas de bares, y sobre todo, si el centro va a lograr sobrevivir a esta nueva situación. Con medidas improvisadas no es posible administrar una ciudad. Particularmente una ciudad con tantas deficiencias y carencias.
Asunción luce abandonada, con calles sucias, veredas rotas, caos en el tráfico diario, edificios abandonados, sin espacios públicos verdes y con una Bahía totalmente contaminada. Asunción se inunda y se ahoga con cada tormenta debido a la falta de desagüe pluvial; también carece de un sistema de movilidad que contemple la vida, la seguridad y el bienestar del ciudadano, así como diferentes tipos de transporte como la bicicleta, el tranvía, el tren de cercanías y el malogrado metrobús. No disponemos de espacios recreativos públicos adaptados a nuestro clima, faltan plazas y espacios para la realización de deportes, lo cual tiene al mismo tiempo un gran impacto en las estadísticas de salud pública.
En Asunción no se reciclan los residuos, se ocupan las veredas con total impunidad, se viven altos niveles de inseguridad y varias seccionales del Partido Colorado siguen ocupando terrenos municipales destinados a plazas para los vecinos. El Centro Histórico de Asunción está abandonado y existe un absoluto desprecio hacia el patrimonio histórico, por eso vemos cada día una antigua casona ser derribada para ser reemplazada por una estación de servicio.
Todas estas situaciones mencionadas son el resultado del descuido y la negligencia de las autoridades. Poner en orden la casa implicaría asumir todos estos problemas como una prioridad y formular planes para construir una ciudad respetuosa del ambiente, y que tenga como prioridad la calidad de vida de sus habitantes. El cobro del estacionamiento en el centro y en los barrios de Asunción no se percibe como una prioridad entre la decena de problemas urbanos que aquejan a la capital, ni les dará a los ciudadanos calidad de vida. Al contrario, el Municipio se desentiende de una realidad que afecta a miles de ciudadanos. Si las personas no pudieran pagar el estacionamiento tarifado optarían por movilizarse en el transporte público, el cual tiene sus muy conocidas limitaciones.
¿Cómo van los transportistas a satisfacer una mayor demanda si en la actualidad apenas logran prestar un servicio deficiente? Aunque oficialmente para el Gobierno no existen, se deben mencionar las reguladas y también se debe agregar que prácticamente no hay servicio en las noches y durante los fines de semana. Desde el Gobierno consideran que sacar a las calles un par de buses eléctricos nos hace sostenibles, no entienden que el país precisa un sistema de transporte, un sistema de movilidad. Cuando el ciudadano tenga opciones de movilidad se podrá cobrar más a aquellos que insistan en utilizar su automóvil; mientras tanto, el estacionamiento tarifado solo se ve como un abuso.