25 may. 2024

El aislamiento del Chaco que ya debió superarse

Susana Oviedo — soviedo@uhora.com.py

abuela de Bahía Negra

La abuela siendo trasladada en lancha, bajo el sol y con problemas respiratorios, hasta otro hospital por falta de test de Covid-19.

Foto: Gentileza

En los noventa, derrocada la dictadura, sobrevino una eclosión social tal que los medios de comunicación disponían de periodistas que se ocupaban con exclusividad de sectores como campesinado, indigenismo, organizaciones sindicales y lucha por la tierra. Eran sectores que bullían y los temas surgidos en cada uno de estos ámbitos hacían que en ocasiones se reforzara el área con más periodistas.

Particularmente en casos de ocupaciones de tierras, marchas campesinas, desalojo de comunidades indígenas, huelga de hambre, manifestaciones de trabajadores y posicionamiento de las centrales sindicales sobre determinadas decisiones del Ejecutivo, etcétera.

Los interlocutores sociales eran diversos y respetados. Ya entonces, uno de los temas recurrentes constituía el estado de aislamiento de numerosas localidades del interior hasta donde llegábamos los periodistas de la capital para dar cobertura y seguimiento a los hechos mencionados. Varias de esas poblaciones se encontraban así desde décadas atrás porque para la dictadura eran pueblos de liberales o contreras al régimen o de subversivos, por lo que se los castigaba con inversión cero en obras y en bienestar de la población. Nada de caminos de todo tiempo, aislamiento total.

Pero otras comunidades, como las periféricas de la Región Occidental, salvo las ciudades menonitas allí fundadas, simplemente no constituían prioridad alguna.

Tal es el caso de Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Puerto Casado, Carmelo Peralta, Isla Margarita, obraje San Carlos, por citar algunos.

Llegar a esos sitios era posible solo por avión, a través del Transporte Aéreo Militar, o bien, por agua en algunas de las embarcaciones que llegaban con cierta periodicidad llenas de pasajeros y mercaderías para proveer de lo básico a los habitantes olvidados de esa mitad del país.

Los pueblos indígenas estaban abandonados a su suerte. Salvo los que tenían el acompañamiento de las tareas evangelizadoras de algunas congregaciones religiosas católicas o de algún grupo evangélico.

A 32 años de haberse iniciado el periodo democrático y transcurridos varios gobiernos, ese Paraguay del olvido que la dictadura quería ocultar bajo la alfombra, ha cambiado muy poco.

Parte de esas comunidades del territorio chaqueño, no menonita, sigue condenado al abandono. Las dejaron con su falta de agua potable, inmersas en una dramática situación de pobreza, sin acceso a derechos fundamentales, como salud, educación seguridad alimentaria, empleo, etc. Salvo algunas calles cementadas o empedradas actualmente, y puestos de salud para los primeros auxilios, la realidad sigue siendo la que vivió hace unos días Antonia Benítez (87). Con un cuadro de neumonía, la mujer se trasladó desde Bahía Negra en una lancha, durante tres horas, hasta Fuerte Olimpo (Alto Paraguay), donde tampoco pudieron ofrecerle la atención que precisaba. Abordó otro bote hacia Puerto Murthino, Brasil, desde donde prosiguió viaje por tierra en ambulancia hasta el hospital de Concepción (Paraguay).

Como ella, otros compatriotas deben atravesar largos, tortuosos e impracticables caminos para alcanzar algún hospital, como si no bastara vivir aislados, como treinta años atrás, cuando los temas sociales inundaban los medios de comunicación. Cuando se tenía la esperanza de que, por fin, un nuevo gobierno terminaría con tanta injusticia. Pero no ocurrió esto y, con los años, tales situaciones dejaron de ser vistas con la atención inicial. Pese a que sigue la inequidad. Por eso, es bueno repasar quiénes fueron y son las autoridades departamentales y municipales que administraron los recursos asignados a los departamentos de la Región Occidental. También las autoridades nacionales que no se preocuparon de romper el largo aislamiento de muchas poblaciones; los funcionarios corruptos que desvían los recursos de sus genuinos destinatarios, y los políticos oportunistas que miraron a esa mitad del Paraguay, solo cuando precisaron votos.

Más contenido de esta sección
A poco más de dos semanas del inicio de las clases en las instituciones educativas oficiales, nos encontramos frente a un desolador y conocido panorama: el abandono de las escuelas públicas. En un rápido recorrido de UH por algunos establecimientos se comprueban pisos hundidos, techos con goteras, letrinas en vez de baños, sin acceso a energía eléctrica o agua potable. Ese es precisamente el estado de la educación pública en el Paraguay, un país desigual que les niega las mínimas oportunidades a sus niños y jóvenes.
Nos encontramos en medio de una nueva epidemia, esta vez es el dengue y la peor noticia, además del costo de vidas que está teniendo es el hecho de que se trata del mismo vector: el Aedes aegypti. Muy pronto la población y las autoridades olvidaron el impacto que tuvo dicho mosquito con la anterior epidemia, aquella vez de chikungunya, que dejó no solamente un tendal de fallecidos, sino además personas que sufrieron largas secuelas de la enfermedad. Resulta inaceptable a estas alturas que un mosquito siga causando crisis en nuestra salud.
No sé el motivo por el cual Hernán Rivas es tan importante para Honor Colorado. El hombre pasea su insolencia por los tres poderes del Estado con total impunidad y, pese a las evidencias de su impostura, sigue disfrutando de una inalterable protección política
A pesar de que ya se había advertido, desde el año pasado, que el verano podría llegar con una epidemia conjunta de dengue y covid-19, poco se ha hecho para evitar las terribles consecuencias de una nueva crisis en el sistema de salud. Las predicciones se están cumpliendo, atendiendo a los datos de Salud Pública; por semana se están contando los casos de Covid-19 y dengue con un aumento del 30%. Mientras, los servicios ya están comenzando a colapsar, mostrando preocupantes imágenes de pacientes en las urgencias aguardando ser atendidos.
El pasado miércoles Nenecho Rodríguez tomó la decisión más aplaudida desde que es intendente de Asunción: Suspendió sine die la vigencia del estacionamiento tarifado de la empresa Parxin.
Hasta hace unos días, creía que el término “nepo baby” era un neologismo creado localmente a raíz del actual escándalo de nuestro Parlamento. Wikipedia me informa que ya fue tendencia en TikTok en 2022, pues fue la palabra con la que los usuarios señalaban a los que se volvían famosos simplemente por ser hijos de artistas famosos.