“Vámonos a Paraguay, dijo Kihote al amanecer de aquel día...”, comienza la narración en esta versión enciclopédica de poco menos de 200 páginas apoyadas por dibujos que recrean las desventuras del secular personaje de Miguel de Cervantes.
El nombre del libro será Kihote Guarani, que en esta primera adaptación cabalgará sobre Rocinante por la avenida que lleva al Palacio de López y a la Catedral de Asunción, publica el portal La Información.
Algunos de los lugares que recorrerá junto a su fiel escudero “Sácho”, serán las ruinas de las Misiones Jesuíticas del sur del país.
El hidalgo de Cervantes citará incluso a autores nacionales en este libro, que saldrá escrito completamente en guaraní.
Don Quijote hablará de Paraguay, refiriéndose a “una ínsula (nación) no rodeada de agua sino de tierra, al otro lado del océano”, en referencia al escritor paraguayo Augusto Roa Bastos (Yo, el Supremo).
¿Quién trabaja en la traducción?
Kihote Guarani fue encargada por el Instituto Cervantes al sacerdote jesuita español Bartomeu Melià (84), lingüista y antropólogo, autor de una veintena de libros, en general investigaciones basadas en la evolución de la lengua y cultura guaraní.
El hombre lleva 70 años viviendo en la frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. En la traducción del Quijote al guaraní trabajó con cuatro traductores locales.
Para el académico del guaraní Tadeo Zarratea no se puede privar a ningún pueblo de acceder a una obra que es patrimonio de la humanidad.
Pero son varios los cambios y adaptaciones que se tendrán en esta versión exclusiva para Paraguay, ya que en el capítulo de “Las bodas de Camacho”, el ambiente de fiesta toledano se traduce a la costumbre paraguaya del asado, con conjuntos musicales de arpas y guitarras. Esto incluirá a una jauría hambrienta que se roba restos de chorizos.