La actividad inició en la explanada de la Catedral Metropolitana donde primeramente se realizaron varias actividades, luego inició una marcha que llegará hasta la Costanera asuncena para lanzar globos de color lila, que identifica a nivel mundial a la fibrosis quística.
Autoridades sanitarias pretenden en esta fecha conmemorativa, impulsar la detección precoz de esta enfermedad por medio de la pesquisa neonatal que es realizada a través del Programa de Prevención de la Fibrosis Quística y del Retardo Mental, dependiente del Ministerio de Salud.
La fibrosis quística es causada por un gen defectuoso que lleva al cuerpo a producir un líquido anormalmente espeso y pegajoso llamado moco. Este moco se acumula en las vías respiratorias de los pulmones y en el páncreas, el órgano que ayuda a descomponer y absorber los alimentos.
Expertos refieren que no es contagiosa, por lo tanto no existe peligro alguno de que una persona sin fibrosis quística se contagie por el contacto físico con una persona con fibrosis.
Actualmente se conocen más de 2.000 mutaciones del gen lo que acentúa el problema del diagnóstico al presentarse síntomas muy diversos que se pueden confundir con los de otras enfermedades.
Manifestación de la enfermedad
En recién nacidos se relaciona con:
Retraso en la expulsión del meconio (primeras heces).
Obstrucción intestinal o ileo meconial.
Lenta recuperación del peso de nacimiento en los primeros días.
En niños:
Curva del peso por debajo de lo normal. El niño come pero no engorda porque digiere mal.
Dolores abdominales y heces particularmente fétidas, abundantes y aceitosas.
Tos seca, repetitiva y agotadora.
Aparición de las primeras infecciones pulmonares.
Sudor muy salado.
El diagnóstico de la Fibrosis Quística se realiza por:
Observación de algunos síntomas anteriores.
Comprobación mediante la prueba o Test del sudor.
Confirmación genética de alguna de las mutaciones conocidas.
A través de la prueba del piecito en el recién nacido.
Hasta el momento la Fibrosis Quística no tiene cura. Sin embargo, por medio del tratamiento de las infecciones con nuevos antibióticos, a la mejora de la nutrición mediante enzimas, a la optimización de la fisioterapia y a la práctica de ejercicio físico.
Esta patología ha dejado de ser también una enfermedad solamente infantil, para ser también una enfermedad de adultos.