ChatGPT menciona múltiples factores, pero uno de los principales es la desigualdad social y la pobreza.
En este sentido, es una realidad que una gran parte de la población vive en condiciones de pobreza y vulnerabilidad; a esto agregamos una muestra de contraste, desde los Bañados, con sus precarias viviendas, y la urbe asuncena, con altos edificios y suntuosos departamentos.
Este factor, la IA desglosa en falta de oportunidades económicas y educativas, que puede empujar a muchas personas, especialmente jóvenes, hacia actividades delictivas.
Miles de jóvenes conocen el sabor amargo y la tristeza por no conseguir el primer trabajo o la imposibilidad de seguir estudiando, y deambulan tocando puertas con sus currículums en carpeta bajo el brazo.
Otro factor de violencia que destaca la IA es la debilidad institucional y la corrupción, lo cual habla de que las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, muchas veces son percibidas como ineficientes o corruptas.
Al respecto, son innumerables las víctimas de distintos hechos que confiaron y siguen confiando en la Justicia, aunque en muchos casos no llega o tarda demasiado en llegar.
La impunidad termina debilitando la confianza ciudadana en el sistema judicial y fomenta la repetición del delito, por lo que muchos prefieren no buscar una justicia digna o hasta lo llevan a una justicia por mano propia.
Otro factor que cita es la presencia del narcotráfico y el crimen organizado en Paraguay, que se convirtió en punto estratégico para el tránsito de drogas, especialmente marihuana y cocaína.
Sobre el punto, la IA indica que grupos criminales, como el Primer Comando Capital (PCC), han extendido su influencia en zonas fronterizas, aumentando la violencia.
A propósito, agregamos que nuestro país también se volvió en un importante centro de plantación de marihuana, con la aparición de grupos familiares armados y criminales que la protegen con ayuda incluso de instituciones de la Justicia.
Armatráfico. El fácil acceso a las armas es otro factor de violencia. “La tenencia ilegal de armas es común y agrava los niveles de violencia, tanto en crímenes organizados como en conflictos interpersonales”, subraya Rivarola.
En este aspecto en particular, es bueno mencionar que muchas familias que se dedican a la plantación de marihuana, han adquirido armas de grueso calibre para protegerla.
La IA no deja de lado tampoco la violencia intrafamiliar y de género, mencionando que este tipo de violencia y los feminicidios son problemas graves y persistentes. “Muchas víctimas no denuncian, por temor, por falta de apoyo institucional o dependencia económica”, detalla.
Como corolario, la IA revela un factor cultural; es decir, la cultura de violencia y resolución de conflictos por la fuerza que predomina en el interior.
“En algunas comunidades, especialmente rurales, persisten patrones culturales donde la violencia es aceptada como forma de resolver disputas”.