Gabriela Martínez Palma
@gabyypalma.
En su primera visita a Paraguay, el subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nigel Clarke, concedió una entrevista exclusiva a Última Hora en la que abordó el propósito de su visita a tierra guaraní. El alto funcionario del organismo multilateral también compartió su perspectiva sobre la economía paraguaya y la región. Asimismo, analizó las políticas macroeconómicas adoptadas por el Gobierno paraguayo y reflexionó sobre los desafíos estructurales que el país debe afrontar para asegurar un crecimiento sostenido y de largo plazo.
–¿Cuál es el motivo de su visita al Paraguay?
–En primer lugar, debo decir que estoy encantado de estar en Paraguay por primera vez. Es una oportunidad para conocer mejor las aspiraciones del pueblo paraguayo y explorar de qué manera el FMI puede profundizar su colaboración con las autoridades del país. También estoy aquí con motivo del lanzamiento del nuevo Programa Regional de Capacitación del FMI para América del Sur y México. Este programa funcionará en el Instituto del Banco Central del Paraguay en Asunción, y contará con su apoyo financiero y operativo. El FMI aportará sus conocimientos técnicos y se encargará de la coordinación curricular.
–¿Puede contarnos más acerca del Programa Regional de Capacitación para los países sudamericanos y México?
–El FMI promueve la estabilidad financiera internacional mediante tres servicios principales dirigidos a sus 191 países miembros: Asesoramiento de política económica mediante la supervisión, asistencia financiera y fortalecimiento de las capacidades. El nuevo Programa Regional de Capacitación se apoya en dos décadas de colaboración en la región y tiene como objetivo reforzar la capacidad de las instituciones encargadas de formular políticas en América del Sur y México. Nos centramos en áreas en las que contamos con conocimientos técnicos y diseñamos programas orientados a fortalecer la capacidad analítica e institucional de nuestros países miembros en la región. Este momento representa un hito importante en nuestro compromiso común con el fortalecimiento de la resiliencia económica y el crecimiento inclusivo en toda la región. América Latina se enfrenta a un entorno macroeconómico complejo. Nunca ha sido tan necesario como ahora contar con políticas macroeconómicas sólidas. Pero diseñar e implementar esas políticas requiere una sólida base de capacidad institucional, datos actualizados y profesionales bien formados que puedan orientar la formulación de políticas en un contexto internacional cada vez más incierto. Este nuevo programa regional de capacitación puede ser un pilar central de este esfuerzo. Nuestra experiencia también demuestra que las iniciativas regionales de capacitación no se limitan a transmitir conocimientos, sino que crean redes dinámicas de profesionales que se apoyan mutuamente, comparten mejores prácticas y aplican lo aprendido a los retos que enfrentan las políticas en el mundo real. El programa, de dos años de duración, ha comenzado esta semana con el primer curso sobre Análisis de Políticas Monetarias y Fiscales mediante Modelos Dinámicos Estocásticos de Equilibrio General. Durante el próximo año, prevemos abordar temas que van desde la modelización para la evaluación de políticas macroeconómicas hasta aspectos específicos de los mercados financieros y cuestiones estadísticas. El Programa Regional de Capacitación para América del Sur y México contribuirá a posicionar a Paraguay como un referente regional en materia de fortalecimiento de las capacidades.
–¿Cuáles son las perspectivas económicas del FMI para la región y Paraguay en el actual contexto internacional?
–Observamos que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, aunque se encuentran en diferentes fases de su ciclo económico, crecen de acuerdo con su potencial. El consumo sigue siendo el principal motor de la actividad económica, pero hace falta aumentar la inversión. Se prevé que el crecimiento regional se desacelere del 2,4% en 2024 al 2,0% en 2025, manteniéndose moderadas las perspectivas de crecimiento a mediano plazo. La desinflación de los bienes y servicios subyacentes se estancó en la segunda mitad de 2024, debido al encarecimiento de las importaciones y a la depreciación cambiaria. En este contexto, es fundamental recomponer las reservas fiscales. Asimismo, los países deben redoblar sus esfuerzos en materia de reformas estructurales para impulsar todos los motores del crecimiento. Un programa de reformas renovado que promueva la productividad, mejore la seguridad y fomente el comercio intrarregional será fundamental para aumentar el crecimiento potencial y los niveles de vida. En el caso de Paraguay, se espera que el crecimiento se mantenga sólido en 2025, en el 3,8%, una de las tasas más altas de la región, respaldada por sólidos fundamentos macroeconómicos y el dinamismo actual de la actividad económica. Aunque la incertidumbre mundial podría afectar parcialmente a los flujos de inversión extranjera directa, se prevé que el consumo interno siga siendo un factor clave de crecimiento. La prima de riesgo de Paraguay figura entre las más bajas de la región, lo que refleja la confianza del mercado en la solidez de sus políticas macroeconómicas.
–¿Cuáles serían estas políticas macroeconómicas en el caso de Paraguay?
–Las perspectivas económicas de Paraguay son positivas y están respaldadas por el compromiso de las autoridades con las reformas en curso y con la disciplina fiscal. La política fiscal prudente y el compromiso de reducir el déficit al 1,5% del PIB en 2026 son elementos centrales de las sólidas políticas macroeconómicas del país. Por su parte, la política monetaria está contribuyendo a mantener una inflación baja y estable. Dado el grado de vulnerabilidad macroeconómica frente a desastres naturales, el gobierno está decidido a reforzar la resiliencia de la economía ante los efectos del cambio climático. Alentamos a Paraguay a mantener el rumbo de su gestión macroeconómica prudente y proactiva, que constituye la mejor estrategia para afrontar el complejo panorama mundial actual.
–¿Cómo podría Paraguay superar los retos actuales (como la informalidad laboral o la falta de infraestructura) para aprovechar al máximo el momento económico presente y que el crecimiento sea sostenible a largo plazo? ¿Cuál sería el rol del sector privado?
–En efecto, el empleo productivo y la inversión constituyen los motores fundamentales del crecimiento sostenible a largo plazo. Las autoridades han emprendido importantes esfuerzos para combatir la informalidad. Entre las medidas adoptadas, cabe destacar el éxito de la implementación de un sistema de facturación electrónica para el pago de impuestos, el aumento de la digitalización para fomentar la inclusión financiera y la incorporación progresiva de trabajadores no registrados al sistema formal sin imponer sanciones. No obstante, cerca del 70% de la fuerza laboral siguen en situación de informalidad, lo que pone de manifiesto la necesidad de aplicar un conjunto integral de políticas para avanzar en esta materia. En nuestro reciente estudio, subrayamos que reducir los costos de transacción, mediante la simplificación de los trámites, podría facilitar el acceso al empleo formal. Asimismo, el fomento del acceso a una educación de calidad y la promoción de políticas que incentiven que las personas inviertan en su desarrollo profesional pueden contribuir a reducir la informalidad. No obstante, la responsabilidad de impulsar el crecimiento a largo plazo no recae exclusivamente en el sector público. El sector privado desempeña un papel esencial en este proceso, en particular mediante una mayor responsabilidad social, el desarrollo de competencias, la capacitación laboral y la inversión. La inversión en infraestructura es clave para consolidar un crecimiento a largo plazo. En este sentido, los esfuerzos actuales de las autoridades por mejorar la administración tributaria y reforzar los mecanismos de control contribuirán a generar espacio fiscal para la inversión pública. La ley recientemente aprobada sobre asociaciones público-privadas ofrece la posibilidad de aumentar la participación del sector privado en el desarrollo y la mejora de la infraestructura de Paraguay.
Es una oportunidad para conocer mejor las aspiraciones del pueblo paraguayo y explorar de qué manera el FMI puede profundizar su colaboración con las autoridades del país.
La prima de riesgo de Paraguay figura entre las más bajas de la región, lo que refleja la confianza del mercado en la solidez de sus políticas macroeconómicas.
Alentamos a Paraguay a mantener el rumbo de su gestión macroeconómica prudente y proactiva que constituye la mejor estrategia para afrontar el complejo panorama mundial actual.
Perfil
Antes de incorporarse al FMI, Nigel Clarke se desempeñó como ministro de Finanzas y Función Pública de Jamaica y miembro del Parlamento, desde marzo de 2018. También se desempeñó como embajador de Asuntos Económicos desde 2016.
En 2022, fue elegido presidente de la Junta de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Corporación Interamericana de Inversiones. Antes de su carrera en el servicio público, fue vicepresidente y director financiero del Grupo Musson, un conglomerado regional.
Posee un doctorado en Análisis Numérico por la Universidad de Oxford, donde fue becario Rhodes, y una maestría en Ciencias en Estadística Aplicada, también por Oxford. También es licenciado en Ciencias en Matemáticas e Informática.
BCP se convierte en sede del Programa Regional
Hoy se realizará el acto de lanzamiento del Programa Regional de Capacitación del FMI para América del Sur y México, a las 10:00 en el Aula Magna del Instituto BCP.
Cabe recordar que el Banco Central del Paraguay (BCP) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmaron un acuerdo mediante el cual el Instituto BCP se convierte oficialmente en sede del Programa Regional de Capacitación para América del Sur y México del FMI.
Según destacaron, esta alianza representa un hito para Paraguay y posiciona al país como un centro regional de referencia en formación económica y financiera de alto nivel.
El programa desarrollará análisis macroeconómico, gestión de riesgos fiscales, políticas del sector financiero, así como el cambio climático, la digitalización de las finanzas y la prevención del lavado.
