Desde niña hacía bordados con mi madre María del Rosario Leiva en conjunto con mis tías. Hicimos todo tipo de creaciones con los bordados y luego de casarme desde hace 30 años me dedico al telar rústico. En un momento dado terminó la producción de algodón y nos vimos obligados a cultivar nosotros mismos en nuestra pequeña finca de 1 hectárea y de forma orgánica, reutilizando las semillas sin utilizar químicos. Además, en la misma finca tenemos mandioca, poroto, maíz y caña dulce para nuestros animales que usamos durante todo un año.
Recuerdo que durante mi infancia siempre nos pasábamos bordando o en la chacra porque éramos siete hermanos y bordábamos para comprar uniformes y útiles para la escuela. Mi padre era agricultor y mi madre se dedicaba al bordado. Terminé el sexto grado y luego mi madre me inscribió en una academia para estudiar corte y confección para luego dedicarme de lleno a esto.
DESDE NIÑA EN EL BORDADO
Desde los 7 años que hago bordados y luego de casarme me animé a montar todo en casa para convertirme en artesana de telar rústico, donde estoy con mi emprendimiento que se llama Eusebia Garcete, Textiles Ao Po’i.
Este trabajo lo copié de mi madre y mis tías para mantener a mis hijos y tener por lo menos algunas comodidades en casa.
Lo que hago me encanta porque me permite trabajar desde casa sin tener que dejar a mis hijos con extraños. Además del trabajo con el ao po’i tengo animales, como gallinas, patos, ganzos, pavos y productos de la huerta, incluso frutilla.
AO PO’I EN LAS REDES
Actualmente, hay poca venta en el país, pero mediante la unión de artesanas podemos llegar a más personas. Incluso, una persona nos ayuda con más difusión a través de una cuenta de Instagram llamada Colectivo de Mujeres, donde la gente ve nuestros trabajos y hacen el pedido.
Lleva tiempo hacer una tela de ao po’i. 1 metro de tela, por ejemplo, hago en una tarde y en cuanto al proceso de montaje lleva más tiempo aún; en 3 días ya tengo todo listo para poder crear una tela.
Estoy a favor de la utilización del ao po’i en el Paraguay y su promoción en el mundo, felicito la política del Estado que ha implementado que estas prendas se utilicen en los trabajos públicos y privados.
Se vive muy bien con este rubro, estoy contenta con lo que logré y vamos por más conquistas. Acá tengo dos telares, uno rústico y otro para hilo industrializado que sirve para crear ponchos, poyvi, chal, entre otras prendas de vestir.
MENSAJE A LAS MUJERES
A las mujeres les digo que lo que hagan tienen que hacerlo con muchas ganas y mucho amor, ya que ese es el secreto para lograr nuestras metas. Tarde o temprano tendremos una recompensa, así como este Premio Iberoamericano que gané en Ecuador, que es un premio al esfuerzo y a la dedicación a más de 30 años de trabajo. Es la primera vez que gano algo así; incluso en un momento dado pensé en dejar de plantar el algodón, pero con esto ya quiero plantar en mayor cantidad.
El mantel que nos permitió obtener el segundo puesto involucró a unas cinco artesanas. Nos llevó mucho trabajo, pero quedó muy lindo con 2,5 metros en total, un mantel auténtico. Perú ganó el primer puesto y Paraguay el segundo, es un gran orgullo e incentivo para nosotras las artesanas.
Este mantel tiene un costo de G. 1.800.000 y se puede adquirir en Yataity con los detalles que el cliente desee, porque hay que entender que cada persona tiene sus gustos.
El gran paso
Quiero resaltar que el Instituto Paraguayo de Artesanía me invitó a participar de este concurso internacional, pero de hecho que una vez les dije que sería bueno que hagan participar a los mayores en este tipo de competencias y me ayudaron con todos los requisitos para ser parte de este proyecto.
Estoy feliz porque al ganar el segundo puesto significa que nuestro trabajo está calificado y reconocido como una de las mejores artesanías del mundo. Gané USD 5 mil, que vamos a retirar en octubre y es la primera vez que voy a subir a un avión.
Mi idea es invertir en mi taller; con ese dinero me gustaría renovar el techo y levantar paredes para evitar el calor y la humedad que afecta a la elaboración del hilo y las telas. En invierno yo no puedo dedicarme a esto, saco todos mis hilos y los guardo por toda la temporada de frío, debido a que no tengo condiciones, pero con este premio podré trabajar mejor y como mujer me siento orgullosa de hacer algo que identifica tanto a nuestro país y que hace que nuestra familia pueda salir adelante.