La historia de amor de Silvia Olmedo Stewart y el actor turco Onurcan Kirsan, quien encarnó a Fermán, hermano de Zherá en la telenovela La esposa joven, emocionó a más de uno esta semana.
En una entrevista exclusiva a Última Hora, desde Villeta, la ciudad que eligieron para vivir, los esposos dieron detalles de cómo comenzó su historia de amor, que hoy se proyecta y fortalece entre Paraguay y Turquía.
Silvia es cristiana y Onur, como lo conocen en su círculo más íntimo, musulmán. Se casaron en octubre del año pasado con una ceremonia familiar realizada en Cancún, México.
“Se enamoró de Villeta”, contó Silvia, quien confesó que le costó desprenderse de la costumbre de vivir en Asunción, donde residió toda su vida.
Relató que Onurcan conoció la ciudad en un viaje que realizaban por el país y desde ese momento la eligió por la naturaleza, tranquilidad y armonía del pueblo, que tampoco están tan distante de la capital del país.
Estas características positivas fueron también las que, con el pasar de los días, Silvia logró ver en la que hoy es su ciudad.
“Me gusta la naturaleza, los animales, menos gente”, expresó el actor en un difícil castellano.
Comentó que entre las localidades que conoció de este país le gustaron mucho las ciudades de Areguá, por su artesanía, San Bernardino, Paraguarí y Encarnación, por estar cerca de las Misiones Jesuíticas, que abundan en el Departamento de Itapúa.
¿Cómo se conocieron?
Lo que más llamó la atención fue la manera en la que Silvia y Onur se conocieron. La mujer confesó, desde un comienzo, que fue ella quien le solicitó amistad en Facebook al entonces Fermán, ya que más detalles de él no tenía.
“Pensé que era un conocido mío, tenían mucha semejanza y le busqué en internet. Después ya, solicitud enviada”, comentó entre risas.
Aclaró que ella no acostumbra a ver telenovelas, pero que un día vio un capítulo de La esposa joven y ahí lo vio.
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El turco aceptó su solicitud de amistad y todo comenzó, aunque no recuerdan de qué hablaron los primeros días. La relación fue fluyendo, siempre a través de las redes sociales, primero con tinte de amistad, después ya con más confianza, hasta que comprendieron que estaban llevando una relación amorosa a distancia.
Onur le propuso entonces que lo visite en Turquía ya que él no podía viajar porque seguía grabando la teleserie.
Pero el primer encuentro en persona no fue tan fácil. Ambos sintieron miedo, ella porque vivimos en una sociedad que teme a lo desconocido y él porque desconocía el país en el cual ella había nacido.
Sin embargo, cuando lograron estar frente a frente por primera vez, sintieron que se conocían de toda la vida, coincidieron ambos.
“Lo que más me gustó de él fue su humildad”, dijo la compatriota mirando con ojos enamorados a su esposo. Él, por su parte, resaltó que su compañera de vida es una gran persona y una mujer maravillosa.
Paraguay, su segundo amor
Kirsan destacó que, después de su esposa, lo enamoró la tierra que a esta la vio nacer. Manifestó que la amabilidad de los paraguayos y las paraguayas, la unión familiar y la belleza natural fueron, en parte, lo que lo ayudaron a entender que aquí era donde quería vivir.
Lamentó que la marca país no sea explotada y vinculada a un posible destino turístico que se haga conocer al mundo.
Contó, además, que al principio no le gustó el tereré, pero que aprendió a valorarlo y tomarle cariño cuando las jornada de más de 40°C del verano paraguayo comenzaron a sofocarlo.
No conocía nada de esta tierra antes de conocer a Silvia, solo que era un país de Sudamérica, cuna de jugadores de fútbol de la talla de Óscar Tacuara Cardozo, Roque Santacruz y Nelson Haedo Valdez.
Proyectos laborales
La pareja confirmó que no planean quedarse muchos años en Paraguay, incluso, señalaron que se quedaron aquí porque la madre de Silvia tiene problemas de salud que hacen que la joven quiera estar en su país y al lado de los suyos.
Asumen que llegará el día en que tengan que volver a Turquía. “Él tiene que volver para seguir con su carrera actoral”, analizó la paraguaya.
Pero mientras vivan en este terruño, Onur quiere ser un nexo entre productoras turcas y paraguayas y así ayudar al mercado local a explotar la producción cinematográfica.
Apuntó que este país tiene mucha historia por contar y que el cine debería ser el lugar donde se deberían dar a conocer.
Se comprometió con seguir aprendiendo y practicando guaraní, idioma que le gustó desde el primer día que lo escuchó, pero también pidió que los paraguayos conozcan mejor su país.
Detalló que Turquía es un país laico, en las instituciones educativas no se enseña religión, y que las leyes actuales protegen fuertemente a las niñas y adolescentes de ser entregadas por su propia familia para matrimonios arreglados.
Según la Embajada de Turquía en Paraguay, al corazón de Latinoamérica llegaron hasta ahora solo 20 turcos, pero muchos están interesados en conocer esta nación con la que se tienen interesantes vínculos comerciales.
Silvia, incluso, pidió a sus compatriotas que discriminen menos y aprendan a entender mejor las diferentes culturas y creencias, siempre desde la tolerancia y el respeto.
