La FWC publicó en las redes una foto de la serpiente enroscada en la parte delantera del vehículo.
Según el canal televisivo local WSVN, la persona propietaria del Ford Mustang llevó el vehículo a un taller de Dania Beach porque se le encendió la luz que avisa de problemas en el motor.
Al abrir el capó encontraron que el problema no era mecánico.
Gerard Doffay, que ayudó a sacar al reptil del auto, dijo al canal que “era una serpiente grande” como de “unos 20 pies (6 metros)”, pero el comunicado de la FWC indicó después que la pitón medía 10 pies (3 metros), exactamente la mitad.
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Según Doffay, la serpiente se resistió y en algún momento llegó a haber cuatro personas para reducirla.
Se cree que como el Ford Mustang está estacionado en la calle durante la noche la serpiente se coló adentro para refugiarse.
En agosto pasado una mujer de West Palm Beach, en el sureste de Florida como Dania Beach, abrió su lavarropas y vio lo que le pareció una prenda con estampado de pitón, pero al tocarla se dio cuenta de que era una serpiente de verdad y quedó “aterrorizada”.
“Realmente me aterroricé”, dijo Emily Wisnic al canal televisivo WPEC al recordar cómo se movió la serpiente al rozarla con la mano.
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Wisnic, que procede de Connecticut y vive en Florida desde hace menos de un año, gritó tan fuerte como pudo y, una vez recuperada, llamó al organismo que se encarga de los animales salvajes que invaden espacios humanos, algo relativamente frecuente en Florida.
Florida padece una invasión de serpientes pitones birmanas que están localizadas en la reserva natural de los Everglades, un enorme pantanal situado en el sur del estado.
FWC lleva años luchando contra esta especie no autóctona y de la cual se desconoce cómo llegó a los Everglades, donde ha acabado con gran parte de la fauna local debido a su tipo de alimentación y su facilidad para reproducirse.
Estas serpientes constrictoras pueden superar los 6 metros (19,6 pies) de largo y los 100 kilos (220 libras) de peso.