06 may. 2024

“Creo que el futuro del Paraguay pasa por invertir en los jóvenes”

Visión. “Podría ayudar al país una mirada más amplia sobre el mundo. No hablo solo del Gobierno”. Democracia. “Comparado con otros países de la región, Paraguay tiene una estabilidad envidiable”.

Despedida El embajador Paolo Berizzi terminó su misión de casi 4 años en el  Paraguay.

Despedida El embajador Paolo Berizzi terminó su misión de casi 4 años en el Paraguay.

Paolo Berizzi deja el Paraguay, tras una gestión de 3 años y 9 meses. Se había acreditado como jefe de misión de la Delegación de la Unión Europea en el Paraguay en noviembre del año 2017. Su nuevo destino es la República Oriental del Uruguay, lo que implica que seguirá cerca de nuestro país del que admira la amabilidad de la gente, su estabilidad y sus posibilidades de desarrollo que, afirma, requieren de una educación de calidad. “Si se quiere hacer una transformación educativa es importante que toda la sociedad lo pretenda, lo exija, lo quiera”, dice. Con respecto al sistema electoral paraguayo, confía en que todavía hay tiempo para ir perfeccionándolo, en base a las recomendaciones que dejó la Misión de Observación Electoral de la UE, en 2018.

Sobre uno de los ejes de cooperación de la UE en el Paraguay, que es lograr un sistema de protección social, dijo que hubo avances, que “se están haciendo cosas” con el Gabinete Social, “aunque nos gustaría ver un poco más de energía”.

-¿Qué impresiones positivas y qué impresiones negativas puede resaltar de su experiencia como representante diplomático de la Unión Europea ante el Paraguay?

-Primero, hemos estado muy bien aquí en Paraguay. Hubo dos fases de nuestros cuatro años de gestión, muy distintas. Dos y medio de vida normal diplomática, y un año y poco más de pandemia.

Sobre las impresiones positivas, me parece que la sociedad paraguaya, sobre todo la que se ve en las ciudades, gracias al bono demográfico, tiene un dinamismo diferente que en el pasado. Tiene una posibilidad de desarrollo muy fuerte debido a una presencia de jóvenes que se están educando más que sus padres, muchas veces, y eso ya cambia un poco la sociedad. Y que tienen un gran acceso al mundo. Algo que sus padres, sus abuelos, no tenían. Gracias a las redes sociales, que achican las distancias que hay en el mundo. Paraguay es un país lejos de mucho, no digo lejos de todo, pero, es difícil salir, es difícil viajar porque está todo bastante lejos.

Creo que el futuro del Paraguay pasa por invertir en los jóvenes. Que estos se puedan educar, y que puedan ayudar a cambiar y a mejorar el país constantemente.

-¿Qué más, embajador?

-Bueno, comparado con otros países, la gente en Paraguay es muy amable. Y tengo que decir que eso es un placer para los extranjeros, como nosotros, que vivimos aquí, el ser tratados con tanta amabilidad, con amistad. Eso ayuda. Lo mismo pasa en las relaciones de trabajo, que vemos que son siempre constructivas, nunca de conflicto. Y que no significa para nada entregarse a los intereses extranjeros. Al revés, es hablar, defender sus intereses nacionales, pero de manera civilizada. Eso es algo que me gustó mucho aquí en Paraguay, de poder trabajar con las contrapartes de manera muy tranquila, muy civilizada.

En cuanto a impresiones negativas, bueno, no hay mucho de negativo. Un diplomático nunca le va a decir cosas negativas.

Pero lo que sí podría ayudar a Paraguay es tener una mirada más amplia sobre el mundo. Saber si el progreso que está haciendo es tan rápido o menos rápido que el de los vecinos, para poder lograr una posición más fuerte. Y también para conocer mejor lo que se hace en el resto del mundo, porque tal vez hay ejemplos positivos. Y no estoy hablando solo del gobierno. Abrir más las miradas al mundo para pensar, reflexionar, y apostar –esto lo hacemos en nuestra cooperación– apostar en educación.

No hay muchos cooperantes que apuestan tanto en educación, pero es fundamental para el futuro del país un desarrollo fuerte de la educación, que se entienda como educación de calidad. Sería verdaderamente importante para todo el país, para su economía, para su política. No solo se trata solo que vayan a la escuela. Sino que aprendan y que puedan seguir.

-A propósito de ello, habrá percibido que hay un consenso respecto a la necesidad de transformar el sistema educativo en Paraguay. ¿Puede lograrse esa transformación con un Ministerio de Educación que conserva vicios como la partidización y el clientelismo?

-Un proceso de transformación educativa no se puede hacer sin un Ministerio de Educación. Entonces, nuestro apoyo pasa sí o sí por el Ministerio de Educación, e incluye muchos componentes para ayudarlo a mejorarse. Inclusive sobre lo que dijiste. Ahora, una tentación en la que no hay que caer es pensar que la educación es la responsabilidad del Ministerio de Educación.

Es también responsabilidad de las familias, de los padres, de la sociedad, del sector privado, del Parlamento. De todos. Si se quiere hacer una transformación educativa es importante que toda la sociedad lo pretenda, lo exija, lo quiera. Que esté dispuesta a trabajar por esto. No hay que esperar simplemente que el Ministerio haga un borrador del programa. ¡No!, hay que proponer cosas concretas.

-¿Nota que se involucran todos esos actores?

-Veo unos que están más involucrados, claramente, como observatorio de “Juntos por la Educación” y otros. Lo que sí veo es que estos actores, y el Ministerio mismo, tienen que verse como apoyo, uno que apoya al otro. No como rivales, ¿no? Es decir, como trabajando todos por lo mismo.

-¿Como una causa nacional?

-Tiene que ser una causa nacional, y también algo del sector privado, porque luego son las empresas las que buscan trabajadores formados. Pienso además en empresas extranjeras, que no tengan que traer su propio personal. Que lo encuentren aquí bien formados, lo que va a ayudar al país. La transformación educativa es un punto fundamental, y creo que hay que ponerse un plazo. ¿Hasta cuándo hablamos, hasta cuándo discutimos, hasta cuándo hacemos nuestro brainstorming (aportación de ideas)?, y luego, cuándo empezamos a implementar, porque esto sí tiene que ser esta causa nacional.

-Llevamos mucho tiempo en diagnósticos...

-Bueno, es algo complicado, ¿no? Pero como Unión Europea aquí estamos justamente desde años y años diciendo, el 50% del dinero que hemos puesto en cooperación con Paraguay, lo ponemos en educación porque pensamos que tiene que ser la base para desarrollar muchos otros sectores del país.

-Cuando llegó a Paraguay estábamos a finales del gobierno de Horacio Cartes. Le tocó ver las elecciones, y luego, prácticamente los tres años de este actual Gobierno. ¿Cómo evaluaría el proceso democrático paraguayo?

-Paraguay tiene una estabilidad democrática que no existe en todos los países de América del Sur. Comparado con otros países de la región, tiene una estabilidad envidiable. Nosotros hemos observado las elecciones en 2013 y 2018, con nuestra Misión de Observación Electoral Europea, muy profunda. Hemos hecho recomendaciones, pero, al final, el juicio global sobre las elecciones fue un juicio positivo, en el sentido que los que ganaron fueron de verdad los que tuvieron más votos.

Y eso no es algo que pasa siempre así en todos los lugares. Los varios partidos pudieron hacer campaña electoral sin problemas. Lo que sí sería interesante es avanzar un poco en el trabajo de la implementación de las recomendaciones electorales europeas.

-¿Es un capítulo pendiente?

-No podemos decir que es pendiente simplemente porque no son pedidos, son recomendaciones, se puede hacer o no hacer. Paraguay solicitó que la Unión Europea venga a observar las elecciones y saque sus recomendaciones, sin ningún compromiso de hacer después. Pero, en unos campos, por ejemplo, la financiación de campañas electorales, fue el ejemplo más claro en el que se tomó la recomendación de la Unión Europea. Y no son recomendaciones que vienen con un plazo de tiempo. Sin embargo, se hicieron en el 2018 las últimas, y probablemente hay tiempo hasta el 2023 para ver si se implementan. Esto no estaría mal para perfeccionar este sistema electoral que existe, que se cambió ya en los últimos años de varias formas, como hemos visto, y modernizarlo.

-Más allá del sistema electoral y de la estabilidad política, muchos sectores señalan que la de Paraguay es una democracia sin justicia social. ¿Ha notado esfuerzos en ese sentido?

-Es difícil este tema, porque, para reducir la desigualdad y crear un sistema de protección social mucho más complejo, antes se tiene que entender bien esto. He visto muchas veces en Paraguay una pequeña confusión, en la gente misma, entre un sistema de protección social y la asistencia social.

-¿Asistencialismo?

-Sí. Lo más importante para mí es ayudar a lograr un sistema en el que no haya pobres, o que los pobres salgan de la pobreza de manera bien estructurada. Para no volver, ¿no? Y por eso es importante pensar el camino a medio y largo plazo. Un sistema de protección social es el otro eje fundamental de nuestra cooperación. Ahí hubo avances, se están haciendo cosas con el Gabinete Social. Aunque nos gustaría ver un poco más de energía.

Nos damos cuenta que en este ámbito el último año fue difícil, porque había tal emergencia, tal necesidad de asistencia social, que era muy difícil pensar a medio y largo plazos. Los problemas son hoy. Es decir, se tiene una emergencia que es muy grave, que no creo que las instituciones también se ocupen de un sistema que puede funcionar a régimen dentro de unos años. Entonces es perfectamente comprensible que en la emergencia uno piense en lo inmediato. Sin embargo, en la Unión Europea lo hicimos, se decidió hacer al mismo tiempo las dos cosas: algo para ahora, pero a la par aprendamos y pongamos la base para un futuro diferente.

-¿Se refiere a la pandemia?

-Sí, hay que aprender algo de la pandemia, hay que poner la base para que, si eso pasa de nuevo dentro de cinco años, que no nos afecte tan fuerte como ahora. Fortalezcámonos. Aprendamos algo para cambiar nuestro sistema, nuestro futuro será una recuperación más verde, una recuperación con mayor protección social, eventualmente, con sistemas, con redes de protección. Y un desarrollo más equilibrado también, basado en jóvenes, en mujeres, en digitalización. Y todo el dinero que son verdaderamente miles de miles de millones de euros, que se están dando, que se han prometido para los próximos años, van todos vinculados. Medioambiente, digitalización, todas estas cosas que si uno quiere lograr estas posibilidades en el futuro tiene que trabajar, tiene que cambiar la mirada.

-Habrá percibido que la sociedad paraguaya es conservadora. Garantizar y promover la participación igualitaria del hombre y la mujer en los ámbitos de representación política no se asumen como un derecho. ¿Ve que esto pueda cambiar?

-Es algo que viene de muy de lejos, viene de la educación de los padres y de los abuelos, y de la capacidad de la sociedad de exigir una igualdad. Viene de los hombres, y viene también de las mujeres. Yo recuerdo aquí, en frente de la Delegación, hubo una manifestación, pequeña, en contra del proyecto de ley de paridad democrática, y había más mujeres que hombres. Entonces, me confundí un poco las ideas con eso.

La verdad es que sería útil entender que una sociedad que se desarrolla en términos de derechos y de oportunidades para las mujeres es una sociedad que se beneficiaria de este tipo de desarrollo.

Hay estudios que demuestran que si hay más mujeres involucradas en la política y en la economía, el país crece más.

Y si a un país le importa el crecimiento económico, con un mayor equilibrio entre los hombres y las mujeres, lo logra.

La transformación del sistema educativo tiene que ser una causa nacional, y también algo del sector privado, porque luego son las empresas las que buscan trabajadores formados.

Hay que aprender algo de la pandemia, hay que poner la base para que, si eso pasa de nuevo dentro de cinco años, no nos afecte tan fuerte como ahora. Fortalezcámonos.

Lo más importante para mí es ayudar a lograr un sistema en el que no haya pobres, o que los pobres salgan de la pobreza de manera bien estructurada. Evitar que no vuelvan a caer en ella.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.