“Este año el proceso comenzó a ralentizarse un poco porque había más proyectos que plata. Entonces, empezamos a ver cómo hacemos para distribuir esto porque no podemos todo”, adujo Eduardo Felippo, presidente del ente rector, cuyo nombramiento al cargo –que tiene “rango de ministro”– fue puesto en tela de juicio y tachado de inconstitucional por algunos abogados constitucionalistas, en virtud a su condición de paraguayo naturalizado.
La queja desde el sector agro-exportador, representado en el Conacyt, contra una investigación sobre la “exposición a plaguicidas y evaluación de daño en el ADN en niños de población rural” contribuyó a la paralización.
“Se están metiendo en un área que no es solo Paraguay sino en el mundo entero: La pelea de Monsanto contra otras empresas y lo que es la agricultura mecanizada. Eso trajo el reclamo por parte de productores de soja con respecto a una investigación porque ellos se sintieron traicionados; porque si se le hubiese avisado que el Conacyt iba a hacer una investigación (sobre el impacto del glifosato) y una vez que están los resultados vamos a sentarnos a validar todo eso, ok, podría ser”, expuso al justificar que los resultados de ese trabajo son parciales no conclusivos.
“Entonces, el consejo empezó a dudar un poco de qué decisiones tomar; después vino el cambio del consejo y como en todo proceso de transición los consejeros que se iban no querían firmar nada y los que vienen tampoco quieren hacerlo”, se excusó.
Son cosas que suelen ocurrir –dijo– a fin de año o cuando hay cambio de autoridades. “Pero vamos a tratar de sacar lo antes posible todos los proyectos”, prometió.
Interrupción. Un investigador de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) calculó que ya llevan “un año y medio de interrupción” de los proyectos de iniciación científica. “Se crearon líneas de investigación, también formación de estudiantes, muchos haciendo sus tesis de grado y otros de posgrado dentro de esos proyectos y, como ocurre en todo el mundo, los trabajos terminan y empiezan, son evaluados constantemente por la masa crítica tanto nacional como internacional”, indicó Ignacio Ávila, docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen).
Por la falta de fondos, ahora, esos grupos “están totalmente devastados”.
“Yo tenía cuatro estudiantes dentro de un programa de iniciación científica y es imposible mantener eso”, tiró.
La última convocatoria del Conacyt fue en 2018. La anterior tuvo lugar en 2015 y recién en 2016 fueron liberados los fondos y los proyectos de investigación concluyeron entre 2017 y 2018. “Está pasando 2019, llegando a 2020, y hasta ahora no tenemos fondos”, cuestionó.
Se publicaron resultados parciales (sobre los efectos en la salud de los plaguicidas) y eso trajo una reacción. Eduardo Felippo, presidente del Conacyt.
Están matando de inanición a la investigación científica básica, fundamental para generar nuevos conocimientos. Ignacio Ávila, docente de Facen.
Felippo ya tiene paralizado en un 65% el Conacyt: no quiere entregar la plata a proyectos aprobados por el control de pares. José Carlos Rodríguez, sociólogo investigador.