El edil Humberto Blasco confirmó la preocupación por la liquidez municipal, señalando que, pese a la intención de la administración de no adquirir más deuda, será complicado cubrir todos los compromisos. Blasco detalló que el director financiero les comunicó que solo estaban reuniendo “lo justo para cubrir los servicios personales”. En este escenario, el pago de aguinaldos podría verse afectado, tal como sucedió en 2024.
Recordemos que a finales del año pasado hubo funcionarios de la Estación de Buses de Asunción que reclamaron el pago de sus aguinaldos y resaltaron que desde hacía cinco meses se les pagaba con atraso. Culparon al ex intendente, Óscar Nenecho Rodríguez, indicando que la falta de pago nunca se había dado en otra administración.
Blasco recordó por su parte que, además de las obligaciones con los funcionarios, existen “numerosos vencimientos” que incluyen las cuotas adeudadas a los bancos, a los bonistas y a los proveedores de servicios.
Dada la promesa de no recurrir a préstamos este año, el concejal estima que la salida probable puede ser un “prorrateo, una distribución equitativa entre todos los acreedores” o “diferir hasta donde permita la ley el pago de los aguinaldos, de manera que se pueda también de algún modo salvar otras cuentas”.
Crisis. La situación de déficit financiero ya impacta directamente a los funcionarios municipales. Miguel Alonso, de la Asociación de Funcionarios y Empleados de la Municipalidad de Asunción (Afuma), denunció que la Municipalidad mantiene una deuda con la asociación de casi G. 11.062 millones.
Esta deuda no es producto de la recaudación municipal, sino que corresponde a dinero descontado directamente del salario de los socios. Alonso confirmó que “se hace el descuento, se va el descuento, pero no se transfiere”.
El vicepresidente de Afuma señaló que la Municipalidad debe por los meses de julio, agosto y septiembre en la sede central; agosto y septiembre en el Abasto; desde mayo en el Centro Paraguayo Japonés; y desde febrero en el Policlínico Municipal.
La falta de transferencia de estos fondos ha generado graves consecuencias para los funcionarios. Alonso manifestó que muchos socios están pidiendo “socorro cada mes”, ya que necesitan cubrir seguros médicos y odontológicos, y ya no tienen acceso a cooperativas. Algunos ya no pueden renovar préstamos.
Al describir las dificultades económicas de los funcionarios, Alonso dijo que algunos de ellos “ya no tienen nada en su heladera”, y también necesitan dinero para cubrir pagos de cuotas de colegio y préstamos a terceros.