21 may. 2024

China solicita a Hong Kong castigar a los violentos

Protesta. Policías detienen a un manifestante en Hong Kong.

Protesta. Policías detienen a un manifestante en Hong Kong.

China pidió ayer al ejecutivo de Hong Kong sancionar a los autores de la violencia en las manifestaciones y restablecer el orden rápidamente, tras un nuevo fin de semana de protestas y enfrentamientos con la policía en la ex colonia británica.

Durante una rueda de prensa en Pekín, un vocero de la Oficina de Negocios de Hong Kong y de Macao, el órgano chino encargado de las relaciones con la metrópolis del sur del país, estimó que las manifestaciones de los últimos meses habían comprometido gravemente la prosperidad y la estabilidad de la ciudad. “Ninguna sociedad civilizada o de Estado de derecho tolera la violencia rampante”, afirmó Yang Guang en esta inusual rueda de prensa.

Otra vocera, Xu Luying, agregó que “ahora la tarea prioritaria de Hong Kong es sancionar los actos violentos e ilegales conforme a la ley, restablecer el orden rápidamente y mantener un ambiente propicio para los negocios”.

El domingo, manifestantes prodemocracia se enfrentaron por segundo día consecutivo a la policía de Hong Kong, lo que dio lugar a las escenas más violentas observadas hasta ahora en el territorio.

Estos enfrentamientos se produjeron cerca de la Oficina de Enlace China, que representa la autoridad de Pekín en la región semiautónoma.

La policía anunció ayer que 49 manifestantes radicales fueron detenidos por diversas infracciones la víspera y afirmó que los manifestantes eran cada vez más violentos.

La movilización que comenzó a principios de junio en rechazo a un proyecto hongkonés –ahora suspendido– para autorizar las extradiciones a China se fue convirtiendo con el paso de las semanas en un desafío sin precedentes para Pekín desde la retrocesión del territorio en 1997.

La creciente preocupación de Pekín se vio reflejada ayer en un editorial del diario anglófono oficial China Daily. “Lo que ocurre en Hong Kong ya no es una expresión de quejas reales o imaginarias”, considera el periódico. “Tiene el mismo tono que las revoluciones de colores que se produjeron en Medio Oriente y el norte de África: elementos locales antigubernamentales que conspiran con fuerzas exteriores para derrocar gobiernos empleando medios de comunicación modernos para propagar rumores, desconfianza y temor”.

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