Pekín impone el reconocimiento del principio político de una sola China a todos los países con los que mantiene relaciones diplomáticas. Esta fórmula impide el reconocimiento formal de la independencia de la isla de Taiwán, separada políticamente del continente desde el fin de la guerra civil en 1949, y que Pekín desea unificar con el resto de China.
En entrevista la semana pasada al diario Wall Street Journal, Donald Trump aseguró estar dispuesto a cuestionar este principio, al decir que “todo es negociable, incluso (el principio) de una sola China”. EEUU respetó este principio desde 1979, cuando rompió vínculos con Taiwán y reconoció a Pekín.
“Si alguien intenta violar el principio de una sola China, o pretende servirse de ello por intereses comerciales, se enfrentará a la oposición general del Gobierno y del pueblo chinos, así como de la comunidad internacional”, afirmó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying. “Al final se dará un tiro en el pie”, consideró la portavoz. afp
