19 may. 2024

Cavernas y desaparición

Blas Brítez - @Dedalys729

Que los cavernícolas vivían en cavernas es algo que la ciencia humana se ha encargado de desmentir. Pero preferimos imaginar a aquellos hombres y mujeres escondidos de la luz en el fondo de las piedras.

Que los cavernícolas son como fantasmas que nos recuerdan nuestro trance de convertirnos en lo que somos, atestigua el carácter estereotipado, a menudo rencoroso, con que nos referimos a aquellos cazadores-recolectores del Paleolítico, nuestros antepasados.

La historia y la literatura occidentales han reservado a ese periodo difícil, que todavía está en nuestro código genético, la expresión de nuestros más antiguos temores.

El uso del término cavernícolas por parte de la ministra de Hacienda, Lea Giménez, para referirse a los campesinos movilizados en el microcentro de Asunción, tiene algo que ver con ese temor rencoroso hacia un pasado común. La primera mujer en manejar los destinos de la política económica estatal paraguaya, formada en universidades de los Estados Unidos, incurre en la debilidad lingüística de afirmar que “no somos cavernícolas”. ¿Quiénes no lo son? Parece ser que habla en nombre de todos aquellos que, como la funcionaria de Horacio Cartes (quien vetó la ley de subsidio y de emergencia), han destilado en estas semanas un odio revulsivo en artículos de los diarios, informes televisivos, programas de radio, con rebote inmediato en las redes sociales.

Es un odio que deviene de un miedo que, a pesar de tener diariamente en la mesa lo que sale de la tierra trabajada por manos campesinas, traduce el “no ser ellos”, “los otros”, “los incivilizados” del pasado, parte de una clase y un tiempo que suena idílico en las canciones que nuestros padres y abuelos cantan, pero... ¡qué hacen en la ciudad tratando de no morir en su pobreza cavernícola!

Para ese nosotros de Giménez, detrás de los alimentos no está nadie; es mejor que ese nadie languidezca en su haraganería ancestral hasta desaparecer como se extinguieron muchos pueblos indígenas. Es exactamente lo que el subsidio al agronegocio y el acogotamiento de la agricultura familiar está logrando en el interior del país. La desaparición. Me cuesta creer que no es un proyecto en marcha. Uno perverso que, como en los tiempos de la Inglaterra de los enclosures del siglo XVI, cuenta con aval ejecutivo y jurídico.

Los campesinos hicieron todo lo que el Estado les pidió dentro de sus programas –incluido el endeudarse para producir rubros de monocultivo como la chía–, les prometió mercados y no cumplió; deshonró un acuerdo el año pasado y ahora la banca privada es dueña de sus vidas. Y la ministra de Hacienda, doctora y máster en Economía, los llama cavernícolas, azuzando el estigma y las fobias culturales e históricas. El elogiado Eligio Ayala (1879-1930), quien también estudió en universidades del extranjero, prefería a los campesinos porque él mismo lo era; pero sobre todo porque los obreros le parecían la peor basura. Desde el Gobierno, no es la primera vez, ni mucho menos, que un funcionario inocula su prejuicio y su fobia que algo también tiene de colonial. Tampoco será la última.

Más contenido de esta sección
A poco más de dos semanas del inicio de las clases en las instituciones educativas oficiales, nos encontramos frente a un desolador y conocido panorama: el abandono de las escuelas públicas. En un rápido recorrido de UH por algunos establecimientos se comprueban pisos hundidos, techos con goteras, letrinas en vez de baños, sin acceso a energía eléctrica o agua potable. Ese es precisamente el estado de la educación pública en el Paraguay, un país desigual que les niega las mínimas oportunidades a sus niños y jóvenes.
Nos encontramos en medio de una nueva epidemia, esta vez es el dengue y la peor noticia, además del costo de vidas que está teniendo es el hecho de que se trata del mismo vector: el Aedes aegypti. Muy pronto la población y las autoridades olvidaron el impacto que tuvo dicho mosquito con la anterior epidemia, aquella vez de chikungunya, que dejó no solamente un tendal de fallecidos, sino además personas que sufrieron largas secuelas de la enfermedad. Resulta inaceptable a estas alturas que un mosquito siga causando crisis en nuestra salud.
No sé el motivo por el cual Hernán Rivas es tan importante para Honor Colorado. El hombre pasea su insolencia por los tres poderes del Estado con total impunidad y, pese a las evidencias de su impostura, sigue disfrutando de una inalterable protección política
A pesar de que ya se había advertido, desde el año pasado, que el verano podría llegar con una epidemia conjunta de dengue y covid-19, poco se ha hecho para evitar las terribles consecuencias de una nueva crisis en el sistema de salud. Las predicciones se están cumpliendo, atendiendo a los datos de Salud Pública; por semana se están contando los casos de Covid-19 y dengue con un aumento del 30%. Mientras, los servicios ya están comenzando a colapsar, mostrando preocupantes imágenes de pacientes en las urgencias aguardando ser atendidos.
El pasado miércoles Nenecho Rodríguez tomó la decisión más aplaudida desde que es intendente de Asunción: Suspendió sine die la vigencia del estacionamiento tarifado de la empresa Parxin.
Hasta hace unos días, creía que el término “nepo baby” era un neologismo creado localmente a raíz del actual escándalo de nuestro Parlamento. Wikipedia me informa que ya fue tendencia en TikTok en 2022, pues fue la palabra con la que los usuarios señalaban a los que se volvían famosos simplemente por ser hijos de artistas famosos.