“La idea es sacar a los nativos de los semáforos y de los vicios para convertirlos en ciudadanos útiles para ellos mismos, para su comunidad y para el país, porque están recibiendo una formación adecuada que se suma a sus conocimientos ancestrales que traen de sus casas”, comentó Irene Quiroga, directora del centro, ubicado en Itá Verá, distrito de Trinidad, Itapúa.
Esta institución educativa fue creada hace unos cuatro años y, actualmente, cuenta con unos 50 alumnos.
Además de la preparación académica, a jóvenes nativos y campesinos en situación de vulnerabilidad social de la zona, reciben conocimientos técnicos e inclusive artísticos con un enfoque intercultural.
Esto implica que los contenidos van desde el respeto a las identidades y culturas autóctonas hasta el desarrollo de un programa integral en la formación agropecuaria.
El Centro Agroecológico está asentado en un predio de 70 hectáreas, a orillas del río Paraná, a 6 kilómetros de la ruta PY06 y a 30 kilómetros de la ciudad capital departamental Encarnación. También se encuentra cerca de esta entidad, a solo dos kilómetros, la emblemática localidad de Paso Guembé; lugar donde desde hace 30 años se tiene lugar la tradicional fiesta de la sandía.
Histórica inclusión. ”Este año lanzaremos la primera promoción del Bachillerato Técnico en la especialidad agropecuaria donde nuestros egresados estarán preparados para su inserción en la sociedad civil formados para trabajar en empresas agropecuarias o seguir sus estudios en alguna universidad. Es una histórica inclusión de los indígenas con una preparación académica que les brindamos en nuestro centro”, expresó.
Los adolescentes y jóvenes viven internados en el centro, donde utilizan todas las comodidades que brinda la institución. La entidad es integrante de la Red de Escuelas y Colegios del movimiento de Educación Popular y promoción profesional Fe y Alegría.
“Tenemos lo que le llamamos Pensionado Educativo Transitorio donde los indígenas y campesinos estudiantes provenientes de comunidades distantes geográficamente hablando se quedan internados”, refirió Quiroga.
Benefactores. El sistema de pensión –dijo– se sostiene mediante la colaboración de socios benefactores y también merced a proyectos sociales de la organización Fe y Alegría.
La institución actualmente funciona con dos cursos de la Educación Media, ofertando el Bachillerato Técnico Agropecuario. Funciona en el turno mañana y tarde, de lunes a viernes, de 07:00 a 16:00.
La mayoría de los estudiantes de la institución están constituidos por jóvenes indígenas pertenecientes a diferentes etnias y procedencias del país, como Ava Guaraní, de Alto Paraná, Pãi Tavyterã; de Concepción; Mbya Guaraní de los asentamientos Ñu Poty y Kambay, de Itapúa.
“Estamos muy felices por poder incluir a los jóvenes indígenas dentro de la formación académica y en estos tres años de enseñanza nos damos cuenta del potencial que tienen, lastimosamente, pocas oportunidades se les brinda para desarrollarse”, manifestó la directora.