Esto afecta a centros privados que brindaban esta formación en áreas con gran demanda en el vecino país.
Con esta medida, desde el Ministerio de Educación de Brasil buscan garantizar la calidad en la formación universitaria, en particular en cursos que requieren contacto directo con pacientes o trabajo práctico intensivo.
Asimismo, la cartera educativa apunta a equilibrar la flexibilidad con la calidad, garantizando áreas sensibles como la salud y la justicia, para que no sean afectados por la falta de experiencia práctica.
Esto es parte de un paquete de cambios al reglamento de la educación superior en Brasil, que oficialmente cuenta con las modalidades presencial, semipresencial y a distancia, todas con nuevos requisitos.
Es así que el Ministerio de Educación de Brasil anunció que prohíbe la educación a distancia en cinco carreras de gran demanda, tales como medicina, derecho, enfermería, psicología y odontología.
¿Cómo es la educación a distancia en Brasil?
Con las directivas, solamente las carreras de ingeniería pueden tener contenido y actividades hasta el 90% en la modalidad a distancia, y solo el 10% debe ser de manera presencial.
Sectores como farmacia, fisioterapia, biomedicina y programas de grado se suman a la nueva categoría semipresencial.
En esta modalidad, hasta la mitad de la carga de trabajo es virtual, siempre y cuando haya al menos un 30% de clases presenciales y un 20% de clases en vivo.
También se redujo la carga online en cursos presenciales: antes, hasta un 40% de las actividades podían ser a distancia y ahora el límite se redujo al 30%.
En tanto, las clases presenciales tendrán hasta 70 alumnos por clase y los docentes deben tener formación específica en el área.
Afectados por los cambios
Los estudiantes inscritos en cursos a distancia en zonas prohibidas no se verán afectados y podrán acabar su carrera sin inconvenientes.
En Brasil hay cerca de 50 mil centros y la mitad no tiene la infraestructura adecuada. En el gigante sudamericano la educación a distancia tiene una gran demanda en los centros privados, con 4,7 millones de estudiantes, a diferencia de los cursos presenciales con 3,2 millones.
Los centros del sector público, en tanto, tienen 1,9 millones de alumnos en el sistema presencial y solo 200 mil cursan a distancia.