El nuevo decreto ordena al Departamento de Comercio iniciar un análisis “riguroso y basado en evidencias” sobre las aplicaciones que recaban informaciones personales de los usuarios y cuya tecnología tiene lazos con el gigante asiático.
“Ciertos países, incluido China, buscan utilizar las tecnologías digitales y los datos de los estadounidenses que presentan riesgos de seguridad nacional inaceptables, a la vez que ayudan a los controles e intereses autoritarios”, señaló la Casa Blanca.
En concreto, el Gobierno estadounidense apunta a aquellas aplicaciones que “son propiedad, están controladas o gestionadas por personas que apoyan a un adversario militar extranjero o actividades de inteligencia, están implicadas en actividades cibernéticas maliciosas, o almacenan datos personales sensibles”.
Las órdenes de Trump, de agosto de 2020, se mantienen bloqueadas de momento por decisión judicial.
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Trump llegó a exigir que la firma propietaria de TikTok, la china ByteDance, vendiera su negocio en el país a empresas estadounidenses.
La decisión de Biden se produce el mismo día en el que inicia su primer viaje internacional desde su llegada a la Casa Blanca, que le llevará a la cumbre del G7 del Reino Unido, a reuniones con sus socios europeos en Bruselas y a su primer encuentro con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Poco antes de subirse al avión, el mandatario aseguró que el objetivo de su viaje a Europa es “fortalecer la alianza” y “dejar claro a Rusia y a China que “EEUU y Europa están juntos”.