@marthegarza
Berlín pasó de la euforia ante la llegada de la primavera al silencio y un movimiento casi nulo en sus calles, en apenas tres semanas.
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Poco a poco, fueron subiendo de tono las medidas de restricción a la actividad social y de haber celebrado una exitosa edición de la Berlinale, con la presencia de actores de la talla de Johnny Depp y Salma Hayek a fines de febrero pasado, los pobladores extrañan ahora los conciertos en el Mauerpark y observan con nostalgia, desde la pasividad de los balcones, a un cielo cada día más azul y un sol brillante.
El domingo último, el Gobierno federal y los distintos Estados acordaron limitar aun más las medidas de distanciamiento social, aunque en intensidades variadas de una región a otra, de acuerdo también con las decisiones particulares de cada administración local.
Sin embargo, la capital alemana no ordena todavía el confinamiento absoluto y, a diferencia de lo dispuesto en otras grandes ciudades como Madrid y Barcelona, mantiene mínimas medidas de cuidado de la salud mental.
En Berlín está permitido salir a caminar o hacer ejercicios al aire libre, a los parques y a las plazas, ya sea en solitario o en compañía de una persona, manteniendo siempre la distancia prudencial de un metro y medio.
Las visitas también están restringidas únicamente a la pareja y los familiares, pero evitando el contacto con los adultos mayores al ser estos parte del grupo de riesgo, mientras que las salidas en grupo son permitidas si se trata del núcleo familiar con el que se está viviendo.
Este pequeño espacio de libertad se mantiene como una de las medidas de cuidado de la salud mental y coincide con el hecho de que el Instituto Robert Koch –encargado de la actualización del registro de casos de Covid-19 en el país– asesora al Gobierno en sus medidas de prevención y control de la expansión de la enfermedad. Se recomienda salir a tomar aire al menos una vez al día, pero sin la posibilidad de detenerse a leer o realizar alguna otra actividad que no sea física.
Estas licencias se dan en una ciudad donde la mayoría de las personas viven en departamentos, las clases en escuelas, colegios y universidades se suspendieron hace dos semanas, y la disposición de recurrir al home office o trabajo remoto se emitió hace casi tres semanas, según la decisión de las empresas e instituciones.
El impacto sicológico que pueda tener el encierro y una escalada de la violencia intrafamiliar están entre los temores de quienes establecen las acciones de distanciamiento social, atendiendo también a la historia reciente de restricción a las libertades que padeció el pueblo alemán.
Luz verde a la acción policial
Desde esta semana, la policía ya tiene la instrucción de hacer cumplir estas normas y se están empezando a prever inclusive multas para quienes las infrinjan, aunque las faltas a estas disposiciones no son una constante.
El domingo a la noche, poco después de que se conocieran las nuevas recomendaciones que resultaron de la reunión virtual de la canciller Angela Merkel y los mandatarios de los 16 Estados federados de Alemania, la policía de Berlín solicitó a través de su cuenta de Twitter portar siempre documentos de identificación.
Los viajes en metro, bus y trenes de cercanía aún se pueden realizar casi con total normalidad, aunque con horarios de frecuencia de unidades del transporte público ajustados a la menor circulación de personas; los trenes de larga distancia también siguen funcionando, aunque con casi nula demanda de pasajeros.
Los restaurantes están habilitados para brindar comida solo para llevar y la mayoría de ellos cerraron completamente, pues permanecen abiertos únicamente los supermercados, algunos cafés, kioscos y puestos de comida rápida, estos últimos atendidos principalmente por migrantes.
Las farmacias también siguen operando, pero dejando entrar a las personas en grupos reducidos, por lo que las filas de quienes esperan en las veredas ya son parte cotidiana del paisaje de la ciudad.
Merkel, también en home office
La canciller de Alemania, Angela Merkel, se encuentra en cuarentena desde este domingo, debido a que un médico que le había aplicado una vacuna el viernes último dio positivo al test de Covid-19.
Si bien Merkel dio negativo a una primera prueba efectuada el lunes, decidió seguir sometiéndose a los análisis para descartar hasta la mínima posibilidad de estar contagiada; puede seguir trabajando desde su lugar de confinamiento, con lo que se suma a casi un tercio de la población mundial que se mantiene activo desde sus hogares.
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Hasta el mediodía de este jueves, Alemania se encuentra al borde de los 40.000 casos confirmados de Covid-19, con un total de 222 muertes asociadas con esta enfermedad y 3.547 recuperados. Una semana atrás, las estadísticas exhibían poco más de 15.000 casos y 44 defunciones, mientras que hace dos semanas estaban en 2.747 y seis, respectivamente.
Alemania es así el quinto país más afectado por la pandemia. En el primer lugar se mantiene China, con 81.752 casos; le siguen Italia, con 74.386 casos; Estados Unidos de Norteamérica, con 69.197; y España, con 49.515.
La menor letalidad que muestra el nuevo coronavirus en Alemania sigue sorprendiendo, pues en los también europeos Italia y España el número de muertos se encuentra en 7.503 y 4.089, respectivamente.