En el primer día del año, las personas que debían movilizarse a través del transporte público tuvieron que soportar una larga espera debido a la menor frecuencia de unidades en las calles. Esto afectó en mayor medida a los trabajadores que, pese al feriado, debían acudir sus puestos de trabajo.
En las paradas y en diferentes puntos de las principales calles donde pasan los colectivos se podía ver cómo las personas se iban agrupando. Algunos optaban directamente por abordar un taxi para poder llegar a sus respectivos destinos.
Además, como es típico en jornadas como Año Nuevo, hay poca cantidad de vehículos particulares en circulación en las calles, en comparación con días laborales normales.