Es más que evidente que esta condición de abandono de la capital del país es completamente coherente con lo que la Intendencia Municipal invierte en obras que puedan redundar en beneficio de la ciudadanía.
Según publicó recientemente Última Hora, más de G. 60.000 millones en obras esperan ser adjudicadas; el lento proceso arrancó ya en setiembre de 2023 e incluirían planes para más de 20 barrios. De acuerdo con la publicación, en el portal de Contrataciones Públicas se mantienen en evaluación cerrada proyectos desde setiembre de 2023 por más de G. 60.353 millones, y en el balance de la Comuna se muestra una ejecución de apenas 13% en obras de gran envergadura y un ínfimo y vergonzoso 3% para el desarrollo urbano. Entre las mejoras que impactan en la calidad de vida de los ciudadanos de Asunción se encuentra una lenta evaluación para el mejoramiento de puentes peatonales y empedrados de unos 20 barrios. Tras ocho meses de retraso en la adjudicación, desde la Comuna dicen que no es mucho el retraso.
Abundan las críticas por la situación de abandono especialmente de extendidas zonas como las del centro, microcentro y zona de la Terminal de Ómnibus de la capital. El problema del centro es bien conocido; pese a su privilegiada ubicación tan cercana a la bahía, no ofrece a sus habitantes los servicios adecuados ni transporte ni seguridad.
En el centro quedan ya apenas vestigios de la rica historia de la ciudad que se ve como una ciudad en ruinas, con algunos edificios históricos que resisten porfiados tanta negligencia. Además, viejas casonas se han convertido en verdaderos aguantaderos de maleantes y adictos y criaderos de insectos. Para ser un país con serios problemas para proveer vivienda a su población, hay demasiados edificios abandonados que han sido saqueados, con veredas apenas transitables y olores apenas soportables para los peatones.
Similar situación se ve replicada en la zona de la Terminal de Ómnibus de Asunción y en sus alrededores, donde sin dudas destaca el mal estado de las instalaciones de la propia Estación de Buses, recientemente nombrada así, como si un cambio de nombre pudiera resolver la decadencia, el olvido y la falta de inversión, la caída del antiguo cielorraso de metal, los deterioros del techo y las goteras que afectan tanto a los comerciantes como a los pasajeros.
Asunción también está sufriendo el embate de serios problemas financieros y judiciales. Un juez Rodrigo admitió recientemente la imputación contra el ex director financiero de la Municipalidad de Asunción, Wilfrido Cáceres, su esposa en una causa por supuesto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, y está relacionado con una la lujosa vivienda que fue construida en plena pandemia del Covid-19 en el 2022.
Recordemos que la Fiscalía general poco hizo por avanzar en la investigación de hechos de corrupción cometidos durante la pandemia, en uno de ellos se vio involucrado el intendente de Asunción, Óscar Nenecho Rodríguez, investigado por denuncias de estafa, lesión de confianza y otros hechos, tras el escándalo de la supuesta sobrefacturación de productos de desinfección.
Hace dos años, según un reporte oficial, la Municipalidad de Asunción gastó el equivalente al 60% del presupuesto en salarios y apenas el 9% en obras. Así, la capital se encuentra enterrada bajo escombros, baches, raudales y deudas, con autoridades que claramente no conocen el trabajo para el cual fueron electas.