Un estudio que publica Nature Communications revela nuevos conocimientos sobre el entorno magnético y el bombardeo físico del espacio interplanetario.
Ryugu es uno de los objetos mas antiguos de nuestro sistema solar, de unos 4.600 millones de años, y una parte de las muestras traídas a la Tierra por la sonda japonesa Hayabusa 2 en 2018 ha sido analizada por un equipo encabezado por Yuki Kimura de la Universidad de Hokkaido (Japón).
El equipo descubrió que unos pequeños granos minerales llamados framboides, compuestos de magnetita, una forma de óxido de hierro, habían perdido por completo sus propiedades magnéticas normales.
Los investigadores sugieren que esto se debió a la colisión con micrometeoroides de alta velocidad de entre 2 y 20 micrómetros de diámetro.
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Los framboides estaban rodeados de miles de nanopartículas metálicas de hierro y se espera que futuros estudios de estas nanopartículas revelen información sobre el campo magnético que ha experimentado el asteroide durante largos periodos de tiempo.
El estudio podría ayudar a estimar el grado de degradación que puede causar el polvo espacial al impactar a gran velocidad contra naves espaciales robóticas o tripuladas, dijo Kimura.
Los investigadores utilizaron ondas de electrones que penetraron en las muestras para revelar detalles de su estructura y propiedades magnéticas y eléctricas, una técnica denominada holografía electrónica.
La sonda Hayabusa 2 realizó dos breves aterrizajes en la superficie de Ryugu y dejó caer sobre la Tierra, antes de continuar su camino a otros asteroides, 5,4 gramos de polvo y rocas milimétricas, dos de las cuales llegaron recientemente a España para ser estudiadas durante un año.
Una de las ventajas de recoger muestras directamente de un asteroide es que permite a los investigadores examinar los efectos a largo plazo de su exposición al entorno espacial.
El viento solar de partículas de alta energía procedentes de nuestra estrella y el bombardeo de micrometeoritos provocan cambios conocidos como meteorización espacial.
Estudiar esos cambios no es posible con la mayoría de las muestras que aterrizan en la Tierra de forma natural, debido a su origen en las zonas internas de un asteroide y a los efectos de su descenso a través de la atmósfera.
“Las firmas de meteorización espacial que hemos detectado directamente nos permitirán comprender mejor algunos de los fenómenos que ocurren en el Sistema Solar”, destacó Kimura en un comunicado.
La intensidad del campo magnético en el sistema solar primitivo disminuyó a medida que se formaban los planetas, y la medición de la magnetización remanente en los asteroides puede revelar información sobre el campo magnético en sus primeras etapas.
En futuros trabajos, estos resultados presentados ahora también podrían ayudar a revelar las edades relativas de las superficies de los cuerpos sin aire y contribuir a la interpretación precisa de los datos de teledetección obtenidos de estos cuerpos.
Fuente: EFE