Esta molécula se llama IGFL2 y, según los autores, el hallazgo respalda el potencial de esta como marcador de diagnóstico y objetivo para nuevas terapias. Los detalles de la investigación, liderada por la Universidad de Kioto (Japón), se publican este viernes en la revista Science Immunology.
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunitario ataca por error el revestimiento de las articulaciones (la membrana sinovial), lo que provoca dolor, hinchazón y daño progresivo. Aproximadamente 18 millones de personas en todo el mundo la padecen.
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El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden aliviar los síntomas, ralentizar la progresión de la enfermedad y ayudar a prevenir la discapacidad. Las terapias actuales se centran en reducir la inflamación y preservar la función articular, pero hasta un 30% de los pacientes no responden bien.
Esto subraya la necesidad apremiante de comprender mejor su patología para el diagnóstico precoz y el desarrollo de tratamientos más eficaces, subrayan los autores en un comunicado.
En su investigación, los investigadores constataron que la IGFL2 es producida por un subconjunto de células inmunitarias en las articulaciones de los pacientes con AR y actúa como combustible en un incendio: activa más células inmunitarias, lo que amplifica aún más la inflamación y empeora el daño articular.
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Y descubrieron que los niveles de la molécula eran mucho más altos en la sangre de los pacientes con AR, especialmente en aquellos con síntomas más graves.
Estos hallazgos respaldan el potencial de esta molécula como marcador diagnóstico, como herramienta para controlar la progresión de la enfermedad y como “objetivo prometedor” para nuevas terapias.
Esto allana el camino para una detección más temprana, tratamientos más eficaces y una mejor calidad de vida para las personas con artritis reumatoide en todo el mundo, afirman los científicos.
De cara al futuro, los investigadores pretenden aclarar cómo se regula la expresión de IGFL2 y sus funciones dentro del sistema inmunitario.
Este trabajo profundizará en la comprensión de la patología y podría conducir a diagnósticos más precisos, terapias innovadoras dirigidas y, en última instancia, a mejores resultados y calidad de vida para las personas afectadas por esta y otras enfermedades autoinmunes, recalcan los autores, dirigidos por Akinori Murakami.
Fuente: EFE.