El árbol sorprendió a los aldeanos al producir repentinamente bayas, ya que los tejos masculinos tienen pequeños conos que liberan nubes de polen durante el tiempo de reproducción y los árboles femeninos tienen bayas de color brillante.
Los tejos son típicamente dioicos, lo que significa que son de un sexo u otro, según explica el medio Sputniknews.
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El portavoz de Woodland Trust, la organización benéfica de conservación de bosques más grande del Reino Unido, de nombre Ruby Harrison, dijo que el cambio podría ser una respuesta al estrés o a un cambio en el entorno del árbol.
Sin embargo, no es la primera vez que este tipo de árboles cambia de sexo, ya que en el 2015 el tejo de Fortingall, considerado el más viejo de este tipo en el Reino Unido, pasó por un proceso similar.
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El tejo de Fortingall, Escocia, pasó a producir bayas rojas, pese que hasta aquel momento era una planta macho de unos 5.000 años.