“Hemos visto mucha promoción del país como destino atractivo para la inversión directa extranjera, respaldados en la estabilidad macroeconómica y la responsabilidad fiscal obtenida en las últimas dos décadas. Haber alcanzado el grado de inversión indica que esa es una línea de trabajo que le puede seguir beneficiando al Gobierno”, apuntó.
Agregó que paralelamente, el Ejecutivo “está muy constreñido por la estrechez fiscal con la que debe enfrentar sus proyectos”.
Sostuvo que la inversión pública es insuficiente y los resultados que se obtienen no son del todo satisfactorios, generando una clara distancia entre lo planeado y lo realizado. Indicó que la capacidad operativa del Estado sigue siendo un obstáculo, a veces fruto de la incapacidad, en otras del clientelismo y la corrupción. “El Poder Legis-lativo, a menudo, ha facilitado la gestión, aprobando los proyectos de ley del Ejecutivo de manera rápida, pero también ha creado situaciones muy difíciles de sortear a nivel de relaciones exteriores”, resaltó.
Desde el punto de vista del economista Luis Rojas, los últimos acontecimientos relacionados con las sanciones de Estados Unidos hacia Tabesa, demuestran que el gobierno de Peña fundamentalmente está para defender un modelo económico que favorece a pocos grupos empresariales y políticos, como el de Horacio Cartes, entre otros grupos vinculados al poder político y al Estado. “El gobierno de Peña ha ratificado en este primer año que es un gobierno de continuidad del mismo modelo económico, de la profundización, del modelo agroexportador, de concentración de la tierra, de destrucción de los recursos naturales con la contaminación, y la deforestación”, expresó.
Urge reformas. Manifestó que se requiere de una reforma tributaria para aumentar los ingresos, con el fin de aumentar la inversión pública, y eso no ha sido ni siquiera agenda de este año, ni tampoco se ve que va a ser agenda en los próximos años.
Sobre la calificación de grado de inversión, explicó que Paraguay está en un primer peldaño. “Es muy difícil que esto se traduzca en una mejoría en el corto plazo, ni siquiera en el mediano plazo solamente este indicador del grado de inversión porque el Estado está sobreendeudado y Paraguay es poco atractivo a la inversión extranjera sería que genera empleos, porque tiene una institucionalidad quebrada y un Poder Judicial sometido”.
“Evidentemente que, cuando tenés una persona cuya titularidad del Ejecutivo se debe no solo a los votos que recibió, sino al apalancamiento de una figura política de tal magnitud, existen ciertos intereses a los que debe responder y, claro está, favores que pagar”, refiere la politóloga Katia Gorostiaga. “No se puede discutir la legitimidad de origen de Santiago Peña, tampoco se puede discutir que llegó al poder con el apoyo no solo de la ANR, sino de Horacio Cartes. Entonces, cuando Peña realiza cierto tipo de acciones tendientes a favorecer a Cartes, no deberían existir sorpresas”.
Agregó que esta situación evidentemente afecta al país y al propio gobierno. “Tenemos a un presidente que antepone los intereses particulares a los intereses generales”, dijo.
Política exterior. El politólogo Eduardo Valiente dice que el gobierno de Santiago Peña se destaca “por tener una agenda clara en política exterior con un enfoque en atraer inversión extranjera y posicionar a Paraguay en el ámbito internacional”. Agrega que esta gestión contrasta con el primer año de Mario Abdo, marcado por la crisis del juicio político debido al “acta secreta” de Itaipú. “Peña celebra logros como el grado de inversión y avances en Itaipú y Yacyretá. Su política exterior también enfrenta desafíos, como la oposición del Congreso a la Agenda 2030 y las sanciones de EEUU a Cartes. Sin embargo, si la gestión de Peña logra resultados concretos, su política exterior podrá sostenerse”, aseveró.