Es imposible entender Kosovo sin Albania y Los Balcanes sin ella. Ha sido el parapeto de los otomanos, pero antes ha padecido sucesivas invasiones de varios poderes de la época. El país del dictador Enver Hoxha proveniente de Gjirokastra en los tiempos del poder de los turcos, quien gobernó más que Stroessner, cerró el país a cal y canto. Era la Corea del Norte actual o quizás como nosotros durante el gobierno del Dr. Francia. Fue profundamente stalinista al inicio y luego cercano a los chinos de Mao, para optar finalmente por un marxismo-leninismo a su manera. Llenó el país de búnkeres para refugio ante una guerra nuclear que hoy hacen parte del escenario de un país que hizo del autoabastecimiento su política económica. 41 años estuvo en el poder haciendo de Albania el sinónimo del aislamiento y la soledad.
El camino de Pristina a Tirana, la capital del país, de unos 300 kilómetros, se hace a través de montañas, túneles y espacios físicos donde las posibilidades de control hacían que el contrabando y el paso de personas fueran parte de su historia y sobrevivencia. El dictador mandó construir miles de búnkeres para esconderse de los posibles ataques nucleares que hoy son atractivos turísticos. Tenemos una entrevista en la televisión local donde hace de traductor Peter Tase, un ex voluntario del Cuerpo de Paz en el profundo Ñeembucú. Es originario de este país, del que salió de joven para ir junto a su familia en Wisconsin (EEUU), donde vive. Habla el guaraní tan bien como el albanés. La conductora del programa de la televisión albanesa nos mira con tanto asombro como nosotros a ellos. No creo que muchos paraguayos hayan pasado alguna vez por Albania constituida hoy en un atractivo turístico por sus playas y su bajo costo.
La ciudad tiene el diseño de los italianos que con el Duce Mussolini la invadieron, ocuparon y depusieron al último de sus reyes: Zog I. Las avenidas y el diseño de sus calles son parte de un proyecto arquitectónico similar al que intentó desarrollar el dictador italiano durante su gobierno. Albania, por su posición estratégica, ha jugado un rol central en el ingreso al Adriático por sus puertos y por su producción minera.
Camino por su principal y ancha avenida para encontrarme con la llamada Pirámide de Tirana, un edificio de mal gusto construido por la hija del dictador Hoxha para honrar su memoria a tres años de su muerte, en 1985. Fue un museo recubierto de azulejos que han sido sacados y llevados a un sitio de resguardo mientras las voces para demoler el esperpento se sucedieron hasta el 2015, en que decidieron se convirtiera en un centro de tecnología juvenil que está lejos de ser concretado. Ocupa casi dos hectáreas y algunos propusieron que se instalara una ópera o el nuevo parlamento.
Mudos y absortos
Debido a las características de su régimen, los albaneses emigraron en grandes cantidades a otros países siendo conocido un pequeño grupo en la actualidad por sus actividades ilegales, la llamada “mafia albanesa”, cuyos tentáculos llegan incluso a nuestro país. La falta de oportunidades ha forzado a muchos a buscar mejores empleos en Alemania, de donde su parque automotor en desuso corretea por sus calles y carreteras.
Una sorpresa fue encontrar, en una muy bien acomodada estación de autobuses, que todos los taxis fueran movidos a energía eléctrica.
La política es uno de los grandes temas en la conversación y los casos de corrupción como de abusos del poder no dejan de aparecer en la conversación con los albaneses, curiosos de nosotros como nosotros de ellos. Compartimos ideas similares con hechos iguales. El cierre del país los ha marcado a fuego y a pesar de que sea hoy considerado el país más barato de Europa, lo que atrae a miles de visitantes, todavía el tatuaje del aislacionismo está marcado a fuego. Tienen varios vuelos hacia Italia desde el aeropuerto que lleva el nombre de Santa Madre Teresa de Calcuta, en un aeropuerto ubicado en una congestionada vía de entrada y salida de Tirana. A lo largo del trayecto, edificaciones monumentales de mal gusto dominan el escenario, como uno convertido en casino con vuelos imperiales romanos.
El ingreso per cápita es igual al nuestro, en un territorio de más de 27 mil kilómetros cuadrados con un PIB superior al nuestro: 55 mil millones de dólares. Nos compran sorprendentemente carne por un valor superior a los 11 millones de dólares, ubicándose entre los primeros 10 mercados del producto cárnico. Ha reforzado sus vínculos con el mundo occidental y es candidato a miembro de la UE desde el 2009.
Vamos a conocer Drüsses y Berat, la tierra de Tase, con sus casas colgadas de las montañas que hacen parte del patrimonio histórico de la humanidad. Muy lejos de Teniente Sánchez, en el distrito de Villalbín (Ñeembucú), donde fue voluntario americano. Las playas de Drüsses atraen a los visitantes de todo el mundo, pero muy en especial a los polacos. Los bajos costos de la hotelería y comida hacen parte del atractivo de esta ciudad, que fue parte de la antigua Iliria y tránsito entre Roma y Constantinopla, hoy Estambul.
Abriéndose al mundo
El país de Albania es raro y singular. Acostumbrado a ser el paso de civilizaciones como la griega, romana, bizantina, visigodo, hunos, ostrogodos y los otomanos, contra el que luchó su héroe nacional –Skanderbeg–, a quien Antonio Vivaldi, el de “las cuatro estaciones”, le dedicó una ópera. Es un país que aprendió a sobrevivir a todo, incluso a la mafia que se estableció a nivel global. Es un pueblo sufrido, pero “recursivo”, como dirían los colombianos, con ciudades como Lezha en el norte cuyo alcalde Pjerin Ndreu me hizo una cordial invitación.
Tienen con los kosovares no solo el idioma común, sino también un proyecto de crear un mismo país hacia el futuro de lo que se habla en voz baja. Albania es uno de los centros operativos de los aviones de la OTAN y, como todos, mira con recelo a Serbia.
La guerra de Los Balcanes lo tuvo como protagonista secundario, ya que no siendo parte de Yugoslavia, el conflicto no lo tocó directamente, pero sí, por su frontera común, con Kosovo y las demás repúblicas que alcanzaron su independencia como efecto de la guerra. Tuvo también un rol estratégico en el paso de insumos para la guerra, como acontece con frecuencia.
El embajador Genci Mucaj, ex jefe de Gabinete del presidente Ilir Meta, y ex embajador en Turquía , Azerbaiyán y Pakistán, nos conduce por las rutas interiores de su país describiéndonos el largo y complejo proceso de abrir un país y sus puertas a un mundo del que estuvo cerrado y aislado por un largo tiempo.
Su conversación es muy parecida a la que podría tener con un ex funcionario público nuestro.
Desde Albania vamos a Dubrovnik, en Croacia, pasando por territorio de Montenegro con su capital, Podgorica. Los controles aduaneros son relativamente expeditivos.
De nuevo los pasaportes paraguayos tienen su vuelta más por desconocimiento que por otra cosa. Vamos al corazón de la guerra de hace 30 años.
Durante 12 días Benjamín Fernandez Bogado visitó varios de los países desmembrados de la ex Yugoslavia. Estos, que se enfrentaron en una encarnizada contienda que dejó 130 mil muertos, destrucción, genocidio, desplazamientos y ciudades arrasadas. Ha sido la última gran guerra del siglo de las guerras: El XX. Durante 5 entregas, nos dará su visión desde Kosovo, Albania, Montenegro, Croacia, Bosnia y Herzegovina, y Serbia. Lo que dejó esa gran guerra como realidad y lecciones que parecen lejos de haberse aprendido.