26 abr. 2024

Además del Covid, los alumnos se exponen al derrumbe de aulas

A menos de un mes del inicio de las clases, con amplios sectores de la comunidad educativa aún divididos entre volver al sistema de clases presenciales o continuar con las clases virtuales, ante la continuidad de la pandemia de Covid-19, la escuela Puerta del Sol, del distrito de San Antonio, en el Departamento Central, amaneció hace unos días con una gran parte del techo derrumbado y las paredes caídas, sumándose a varios otros establecimientos educativos que están en pésimas condiciones. De este modo, los alumnos que vuelvan a clases no solo se exponen al riesgo de contagios, sino a que, una vez más, el techo se les caiga encima. Lamentablemente, en este campo la educación tampoco ha avanzado mucho durante el largo tiempo de inactividad física.

La obligada suspensión de las actividades con presencia física en todas las escuelas y colegios del país, durante casi un año, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus, hubiera sido una excelente oportunidad para proceder a reparar los muchos locales educativos que se encontraban en pésimo estado, pero lamentablemente no fue así. Es más, muchos edificios, al quedar abandonados y sin uso, se fueron deteriorando aún más ante la actitud impasible de muchas autoridades locales, como del propio Ministerio de Educación y Ciencias.

Es así que ahora, a pocos días del inicio del año lectivo 2021, cuando se debate retornar de modo presencial a las aulas, se encuentra que varios de estos locales están poco menos que en ruinas y empiezan a derrumbarse de manera preocupante.

Este diario trajo ayer en portada la foto del local de la escuela Puerta del Sol, del distrito de San Antonio, en el Departamento Central, que hace unos días sufrió el derrumbe del techo y parte de las paredes, sumándose a otros casos similares. Al menos en esta comunidad no habrá retorno a la clase presencial, por más que los alumnos, los padres y los maestros estén de acuerdo.

Además de ser un gráfico reflejo del estado de la educación paraguaya, la imagen de la escuela Puerta del Sol en ruinas demuestra que la posibilidad de que los alumnos puedan contagiarse con el virus del Covid-19 no es el único peligro. Tal como ya ocurría antes de la pandemia, sigue habiendo un serio riesgo de que el techo de las escuelas se caiga sobre la cabeza de los estudiantes. Y ahora, probablemente la amenaza sea mayor, por el abandono en que estuvieron los locales durante casi todo un año.

El titular del Sindicato Nacional de Directores (Sinadi), Miguel Marecos, dijo a este diario que la mayoría de las instituciones educativas de Central están en mal estado, con aulas con goteras, pisos con baches o baños no sexados y con desperfectos. En lugares más aislados del país, la situación es todavía más dramática.

A veinte días del comienzo del año escolar, según el dirigente gremial de los directores de escuelas, todavía no recibieron los recursos que se les han prometido en Palacio de Gobierno para poder desarrollar clases de un modo más seguro ante la continuidad de la pandemia. “Al día de hoy no tenemos ni jabones en los centros, mucho menos lavatorios o termómetros para tomar la temperatura”, dijo Marecos en el reportaje publicado ayer en Última Hora.

Es importante que la educación avance, en la modalidad que sea y que pueda recuperarse el valioso tiempo perdido, pero también es importante que el MEC garantice la mejor calidad y seguridad, tanto para quienes implementarán aulas presenciales, como para quienes seguirán con las clases virtuales.

No se puede seguir jugando con una de las áreas que resultan claves y vitales para el desarrollo del Paraguay. Hay que combatir a la amenaza del coronavirus, protegiendo debidamente a los niños y niñas con los mejores cuidados sanitarios, pero también hay que protegerlos de los techos de las escuelas que se caen, así como de la deficiente calidad educativa.

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