Según los registros disponibles en la web de Incoop, los datos históricos abarcan únicamente desde 2010 hasta 2012, con un total de 164 cooperativas canceladas en ese periodo. No obstante, no se cuenta con información pública sobre lo ocurrido entre 2023 y 2024, pese al aumento reciente de casos.
Si bien las cancelaciones pueden responder a distintos factores, el propio titular del Incoop, Carlos Romero, reconoció que muchas veces el origen está en problemas financieros. “Una parte sustancial se da por la falta de liquidez de las mismas, lo que tiene que ver con el manejo y las limitaciones en el control”, expresó en conversación con Última Hora.
Romero explicó que “realmente, como todo tipo de entidades, se crean y desaparecen. Algunas, digamos que desde su nacimiento hasta su cierre, no logran consolidarse y la siguiente etapa es la liquidación. Otras porque han cumplido el proceso para la finalidad que ellos querían, que son las liquidaciones voluntarias. Y están aquellas que debido al sector, por absorción, buscan potenciar una mutual; ese, digamos, es el proceso que se viene haciendo”.
El funcionario admitió que aún existen cooperativas con problemas arrastrados desde años anteriores: “Tenemos algunas que están saliendo de terapia, pero es muy difícil recuperar la credibilidad. Por eso, no se da solo con la capitalización yo puedo traer toda la plata, pero ¿quién te va a dar la credibilidad?”, se preguntó el titular del Incoop.
Tasas fuera de control. Romero también alertó sobre el deterioro administrativo en muchas entidades: “La tendencia en estos últimos años ha sido, sobre todo, en el manejo administrativo: Mayores gastos, menores ingresos. Por eso es importante el autocontrol, en el sentido de que internamente (debe existir). Nunca una entidad ni cualquier sociedad, cooperativa o no puede gastar más de lo que ingresa”.
El caso de Poravoty fue utilizado como ejemplo para evidenciar fallas más estructurales. “Nos preocupa que las tasas pagadas por algunas entidades están fuera del ámbito y no son tasas reguladas. Se regula hoy el tope de crédito por ley, pero no está regulado el tope de pago de intereses. Y la gente, por ganar intereses, no mira la situación”.
Sobre esto, advirtió: “A mayor tasa, mayor riesgo. Es como una timba financiera, y mucha gente, como Poravoty, entró en esa timba. Reclama sus cosas, sabiendo bien que la tasa estaba entre 6% y 8%, y ahí le pagaban 23%. Y eso es lo que estamos viendo y nos preocupa”.
Incidencia política y sospechas de fraude. Además de los problemas financieros, Romero reconoció que la política también ha generado conflictos internos. “En esta última cooperativa hay varias peleas políticas y, sobre todo, cuando participan en política partidaria. Hay un partido político que nació entre ellos”, indicó.
Desde el lado de los socios, sin embargo, la percepción es aún más grave. Afirman que se trata de un esquema sistemático que busca quebrar cooperativas para luego liquidarlas, sin compensar a los socios por la pérdida de sus ahorros. Denuncian, además que los responsables rara vez son investigados por las autoridades. La abogada Magdalena Narváez, representante de un grupo de socios afectados por la Cooperativa Poravoty, apuntó directamente al rol del órgano regulador. “La falta de control, yo le agregaría, en forma personal, del Incoop para la apertura de cooperativas. Cualquiera abre una cooperativa ahora. Cualquiera, ¿y cuál es el fin? Abrir una cooperativa es, justamente, realizar estas estafas a la gente”, denunció la abogada