“Me pegaron con un fusil en la nuca"; “me ponían la picana eléctrica"; “me pegaron con la mano abierta"; “me apuntaron con un arma” o “dispararon por el piso”, son algunos de los testimonios recogidos por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), que realizó entrevistas a 927 personas privadas de libertad en los dieciséis centros de reclusión existentes en el país durante el 2016.
Un total de cincuenta y cinco visitas realizaron, según dieron a conocer en el informe anual del MNP, que se realizó el martes en la sala bicameral del Congreso de la Nación.
Roque Orrego, comisionado que dio detalles del informe, explicó que las entrevistas realizadas a personas privadas de libertad revelan que la práctica de la tortura sigue vigente en el país, y se siguen utilizando los mismos métodos como en la época de la dictadura de Alfredo Stroessner. “Estamos hablando de tortura pura y bruta al mejor estilo de la dictadura”, afirmó Orrego, para luego añadir que los testimonios de los reos coinciden con los de muchos abogados, jueces y fiscales, por lo que el estudio permite tener un conocimiento de la situación de las personas que están en situación de encierro. “No corresponde el argumento de que van a ser relatos falsos”, observó el comisionado.
Como principal responsable de la práctica de la tortura en nuestro país sigue liderando el ránking la Policía Nacional, ya que muchos de los entrevistados, tanto mujeres como varones, manifestaron haber sido víctimas de tortura durante la aprehensión y camino a las comisarías.
“Me pegaron con cachiporras"; “me dejaron sin agua y sin comida"; “me esposaron y me metieron en el calabozo”, son otros de los relatos que fueron sacados durante el censo de mujeres privadas de libertad que incluyó testimonios de 785 presas de nueve centros de reclusión mujeres en todo el país.
maltrato verbal y físico. La tortura no siempre es física, también es sicológica, y en este sentido, las que más sufren este tipo de hechos son las mujeres, de acuerdo al informe. La modalidad más utilizada es el maltrato verbal. “Mejor luego te morís, una traficante menos en el país"; “sos una prostituta"; “sos una puerca, ordinaria, una lacra”, son algunos de los términos utilizados por los agentes, ya sea de la Policía como de la Senad contra los aprehendidas.
El trato puede pasar incluso el límite de lo verbal para ir más allá, según el estudio realizado. Una de las internas del penal del Buen Pastor dio un crudo relato. “En la comisaría, un Policía casi me viola y me salvé porque justo entró el comisario”. Luego añadió: “Me dijeron que si me acostaba con ellos me iban a soltar”.
