SÃO PAULO - BRASIL
El presidente de Brasil, Michel Temer, sufrió un nuevo golpe con la renuncia de la presidenta del banco de fomento del país, mientras su defensa intenta alargar su investigación en el Supremo, sin perder de vista el juicio que puede anular su mandato en el Tribunal Superior Electoral (TSE).
La dimisión de María Silva Bastos al frente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), alegando “motivos personales”, dejó al mandatario un poco más aislado en medio de una crisis que no parece tener fin.
Temer reaccionó rápido y a las pocas horas nombró como sustituto al economista Paulo Rabello de Castro, quien hasta ahora era presidente del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Esta no es la primera renuncia a la que tiene que hacer frente el jefe de Estado esta semana, pues el miércoles el asesor presidencial Sandro Mabel, un importante dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera Temer, también abandonó el barco.
Según un levantamiento divulgado por el diario O Estado de São Paulo, la crisis política podría generar este año unas pérdidas al país de 25.000 millones de reales (7.600 millones de dólares), siendo ese el escenario más optimista. Las sospechas contra Temer surgieron de los testimonios a la Justicia de los dueños del grupo JBS, en los cuales acusaron a Temer de recibir sobornos desde 2010 y aportaron una explosiva grabación en la que el mandatario escucha en silencio o consiente posibles delitos.
Por esto, la Corte Suprema abrió una investigación contra el jefe de Estado por supuesta corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita y en la que también aparecen el senador y ex candidato presidencial Aécio Neves y el diputado Rodrigo Rocha Loures, ambos ya apartados de sus cargos.