Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
Los habitantes de la compañía Medina, del distrito de Pilar, ven pasar los días entre nervios y el deseo ferviente de no contraer enfermedades o tener algún tipo de emergencia, ya que la única forma de salir del lugar es con tractor, con el que el distrito no cuenta.
Es por eso que los pobladores solicitaron a las autoridades municipales –que los visitaron ayer y les entregaron víveres– que por lo menos en un horario, dos o tres veces por semana, los tractores puedan ingresar a la compañía, para llevarlos hasta la ciudad y viceversa, ya que ahora tienen que contratar el servicio de manera particular, y el costo es muy elevado.
Todo es agua alrededor, el arroyo Ñeembucú aumentó considerablemente su nivel inundando toda la zona. A 15 kilómetros de Pilar, el primer escollo, el puente conocido como Paso Alambre, se encuentra prácticamente flotando.
Unos 500 metros en cabecera oeste y 3 km al este está totalmente cubierto de agua, a un nivel nunca visto por los sufridos habitantes del lugar, “es una calamidad”, sostienen, al tiempo de lamentar que todos los cultivos se perdieron, y que ahora están enfocados en el objetivo de salvar sus pocos animales.
MÉDICOS. Los pobladores en la víspera recibieron la visita de médicos de la Unidad de Salud Familiar (USF), liderados por el Dr. Rafael Toloza, director de la USF; Dr. Nilson Rolls, encargado de la USF del territorio social de Yataity, y el doctor Derlis Griffith, del Hospital Regional de Pilar.
Los profesionales, con el respaldo del personal de blanco, brindaron atención médica y realizaron la entrega de medicamentos.
En la Escuela 190 Bernabé Medina 70 personas consultaron, 45 lo hicieron en la comisaría del km 15, y 13 en San Roque.
El doctor Derlis Griffith dijo que la mayoría de los casos atendidos guardan referencia con cuadros respiratorios; además de parasitosis y micosis en la piel, que es muy común porque la gente anda descalza, “y tampoco podemos descartar la aparición posterior de la gastroenteritis”, acotó.
El profesional recomendó a los pobladores hervir el agua antes de consumir; en el lugar no se cuenta con agua tratada.
TARIFAZO. En plena crisis y emergencia, los pobladores fueron sorprendidos ayer por la abultada cifra en las boletas de ANDE, como doña María Encarnación Martínez (78), una anciana que vive sola y debe pagar G. 500.000. Comentó que en abril no pudo pagar su factura precisamente por el aislamiento, al igual que en mayo. “Las lluvias seguían cayendo, no pudimos viajar a Pilar y ahora viene G. 500.000 en dos meses”, lamentó.