Rubén Villalba se sintió mal durante el desarrollo del juicio oral y público y en un momento dado se desmayó y cayó al piso.
Inmediatamente fue trasladado en sillas de rueda hasta la enfermería del Palacio de Justicia para recibir atención médica.
El juicio oral quedó suspendido hasta tanto se tenga un diagnóstico médico sobre el estado de salud del principal acusado por la masacre de Curuguaty, informó la 780 AM.
Su abogado, Pablo Aguayo, comentó que su cliente cobró consciencia tras ser atendido y le consultó qué pasó.
Los demás procesados señalaron que Rubén Villalba ya no se siente bien y suele tener problemas de hipertensión.
Según el periodista Raúl Ramírez, Aguayo señaló que Villalba también le dijo que la cena del miércoles le cayó mal. No pudo dormir durante la madrugada de este jueves y tampoco desayunó por su condición.
La defensa pidió la revisión por parte de una junta médica pero el Juzgado rechazó. Aunque le dio la posibilidad de que lo atiendan dos médicos de confianza, que son Carlos María Valdez y Rosa María Bogarín.
El juicio pasó para el viernes y este jueves harán la revisión de Villalba para ver qué le causó el desmayo.
Son 12 los campesinos acusados por la matanza que ocurrió en junio del 2012, donde fallecieron 11 labriegos y 6 policías tras un confuso procedimiento policial.
El hecho ocurrió en Marina Cué, Curuguaty, lugar que los labriegos ocupaban alegando que las tierras pertenecían al Estado, en tanto que la firma Campos Morombí, de la familia del colorado fallecido Blas N. Riquelme, se adjudica su titularidad.
La masacre de Curuguaty también sirvió de base al Partido Colorado para impulsar un juicio político contra el presidente Fernando Lugo, que fue destituido una semana más tarde tras un juicio político resuelto en menos de 24 horas.