17 may. 2024

“Queremos un Paraguay renovado y no un eslogan”

Por Darío Bareiro

Gabriel Escobar

Gabriel Escobar

CAACUPÉ

Monseñor Gabriel Escobar, vicario apostólico del Chaco Paraguayo, instó ayer en Caacupé a que las nuevas autoridades municipales recientemente electas hagan realidad el cambio en cada uno de los distritos del país, donde van a gobernar y que las promesas electorales no queden solo en el eslogan.

El religioso dio el mensaje luego de la misa en el inicio del novenario a la Virgen de Caacupé, donde fue el celebrante.

Escobar pidió no ser pesimista y esperar que las nuevas autoridades realmente erradiquen la corrupción.

“Y, tenemos que ser hombres esperanzadores, porque si somos pesimistas no vamos a poder hacer nada. Y, aquí es cuando debe aflorar nuestro aporte como cristiano. El aporte nuestro como ciudadano. Queremos un Paraguay nuevo, renovado, no solo un eslogan”, dijo el prelado en conferencia de prensa.

“Ha llegado el momento del cambio, pero ese cambio se debe ver, se tiene que notar en acciones concretas. Evidentemente, esa corrupción puede disminuir en la medida en que nosotros seamos los primeros fiscalizadores”, subrayó.

Purificación. Insistió en que en otros estamentos del Estado, como el Poder Judicial, también deben hacer bien su trabajo para ayudar a las autoridades a cumplir una buena gestión.

“Tenemos que denunciar (las irregularidades) adonde se debe. Es en las fiscalías donde se debe insistir que hagan bien su trabajo. También debe haber una purificación de las personas que están al frente de estas unidades. Y el que no sea capaz de cambiar algo que el hombre bastante necesita, no vamos a poder avanzar”, enfatizó monseñor Escobar.

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.