Si en algo coinciden el ministro del Interior, Francisco de Vargas y el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, luego de la primera baja militar en el combate contra el EPPen el Norte del país, es que al menos el trabajo de inteligencia fue ejecutado a la perfección para hallar el campamento del grupo armado en la zona de Arroyito.
Pero lo que tenía que ser una emboscada perfecta, terminó siendo todo lo contrario. Esto no se logró por culpa de algo “insólito y fortuito": El ladrido de unos perros, según las mismas expresiones del fiscal Federico Delfino en contacto con ULTIMAHORA.COM, quien acompañó el procedimiento.
Fue este ruido, el que alertó a los miembros del EPP, quienes dispararon a quemarropa contra militares y policías, lo que derivó en el fallecimiento del sargento primero César Antonio Fernández Carvallo (29). También resultó herido el teniente primero Mario Francisco Ávalos Cañete (24), quien se encuentra internado en grave estado en el Hospital de Concepción.
El fiscal descartó que los soldados del grupo armado hayan atacado a espaldas a los uniformados, como se había informado inicialmente. Delfino comentó que en el momento del ataque se encontraba lejos del lugar para resguardar su integridad, pero que los disparos provinieron desde el campamento.
Asimismo, señaló desconocer si efectivamente eran animales adiestrados y si pertenecerían al EPP. Lo cierto es que sus ladridos frustraron el plan trazado por los organismos de seguridad. La incursión militar-policial estaba prevista desde hace tiempo y se estaba viendo el momento oportuno, según había precisado esta mañana el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón. “La gente operativa entendió que ese era el momento oportuno, pero no se dieron las circunstancias”, lamentó.
Este domingo, el Ministerio Público halló en el sitio del enfrentamiento, uniformes del EPP, además de mochilas que aparentemente pertenecían a quienes posteriormente se dieron a la fuga.