EFE
LONDRES - GRAN BRETAÑA
Los dos principales partidos británicos, el Conservador y el Laborista, se sumieron ayer en una crisis interna tras el voto por el brexit en el referéndum del jueves, mientras que Escocia amenaza con boicotear la salida de la Unión Europea (UE).
Según la prensa, la cúpula del Partido Conservador busca un candidato alternativo al ex alcalde de Londres Boris Johnson para suceder al primer ministro y líder “tory”, David Cameron, que el viernes anunció su dimisión tras perder la histórica consulta. El periódico The Sunday Telegraph señala que Johnson, abanderado de la victoriosa campaña a favor de abandonar la UE, se postulará esta semana para sustituir a Cameron, lo que impulsaría una competición por el liderazgo que culminaría en el congreso anual de la formación, en octubre.
elección de líder. Muchos diputados conservadores se oponen a que sea el líder, pues lo ven como un político oportunista preocupado por su carrera, aunque reconocen que cuenta con apoyo popular, y tratan de promover a la actual ministra del Interior, Theresa May. Mientras los “tories” se debaten sobre el liderazgo, el pueblo británico sigue a la espera de que las cabezas visibles del bando del brexit, como Johnson, den indicaciones sobre el futuro del Reino Unido y las negociaciones con la UE.
indignación escocesa. El resultado favorable al brexit ha indignado también al Gobierno de Escocia, cuya ministra principal, Nicola Sturgeon, dijo ayer que podría recomendar al Parlamento autónomo, donde el Partido Nacionalista Escocés (SNP) tiene 63 de 129 diputados, que deniegue el consentimiento legislativo para que el Ejecutivo de Londres proceda con la retirada. Sturgeon admitió, sin embargo, que el Gobierno británico podría disputar la necesidad de tener que recibir consentimiento de Edimburgo para ejecutar el brexit. La líder independentista ha expresado su decepción con el resultado de la consulta, que ganaron los partidarios de abandonar la UE con casi un 52% de los sufragios frente al 48%, en contraste con el voto escocés, que apoyó la permanencia por el 62 frente al 38 por ciento.