“El debate sobre la deuda campesina y sobre las diversas propuestas de leyes para afrontarla reflejan la vigencia del conflicto y la falta de soluciones estructurales a un problema social crónico que es la necesidad de un apoyo integral a la agricultura familiar campesina”, expresaron los religiosos a través de un comunicado oficial emitido este viernes luego de una reunión con dirigentes campesinos.
Aseguran que las marchas campesinas que se realizan desde hace más de un mes en Asunción –y que ya son parte de nuestra realidad– son el resultado de varias décadas sin soluciones ni propuestas profundas y duraderas. Incluso resaltaron que los obispos del Paraguay advirtieron la situación hace 34 años.
Para los religiosos la solución a la emergencia campesina es urgente, así como enfrentar con coraje las causas de la inequidad estructural que vuelve frágil e indigna la convivencia social entre todos los paraguayos.
“El bien común de la tierra, el derecho a la propiedad, al trabajo y al sustento digno, el cuidado de un desarrollo sustentable y sostenible del mayor bien que poseemos, que son nuestros campos y nuestra gente”, expresaron.
Para los curas, los campesinos merecen y requieren atención prioritaria y planificada de los poderes públicos, con la solidaridad y participación activa de todos los sectores de la sociedad paraguaya, ya que tiene que ver con la dignidad y el cuidado de la cosa común.
“Como pastores, exhortamos a las autoridades nacionales y en particular a las fuerzas públicas a evitar amedrentamientos. Al contrario, los debemos tratar como hermanos que buscan una vida mejor. Donde hay muros, hay corazones cerrados; hacen falta puentes y no muros”, como decía el papa Francisco.
Por eso abogan por una unión de esfuerzos y trabajo en proyectos que de verdad promuevan no solamente el alivio pasajero de los problemas de pobreza y exclusión, “sino que alimenten la esperanza de un pueblo”.
Apuntan a una vida sana, un trabajo digno, a una remuneración justa, a la igualdad de oportunidades y a la promoción del esfuerzo justo.
En otro punto, aclararon que no les corresponde decir cuál es la medida económica y política exacta a seguir, pero exhortan a bajar los niveles de confrontación e incluir a todos los sectores sociales”.
Creen en el apoyo integral a la agricultura familiar con políticas públicas explícitas de corto, mediano y largo plazo y en los beneficios que concederá no solo a los pequeños productores, sino a toda la sociedad paraguaya.
Piden también para los labriegos la aplicación de tecnología amigable como aporte a la producción que mejorará la calidad de vida de los trabajadores.
“Piensa y actúa para unir voluntades y recursos en un proyecto en el que prevalezca la dignidad de cada habitante del suelo patrio para que tengan vida plena y la tengan en abundancia”, culminaron.