Atención psicosocial, talleres lúdicos, creativos y deportes en valores forman parte de la estrategia utilizada de modo a que niños, niñas y adolescentes estén contenidos y protegidos durante los meses de diciembre y enero.
Actualmente se están realizando las actividades de contención tres veces por semana, de mañana y tarde; en el parque Mburicaó, la escuela Santa Cruz de Fe y Alegría, el colegio Santísimo Redentor y en las parroquias San Pedro y San Pablo. Se estima que hasta la fecha han participado alrededor de 600 niños, niñas y adolescentes en estos espacios.
Además, se está acompañando a las poblaciones con información para que prevengan y denuncien los casos de abuso, maltrato o violencia hacia los niños, niñas y adolescentes que pudieran tener lugar durante la permanencia en los centros habitacionales temporales.
Para esto está habilitado el servicio telefónico Fonoayuda 147, que es gratuito y funciona las 24 horas.
Los niños y niñas en una situación de emergencia son aún más vulnerables por su edad, ya que no han tenido tiempo durante sus cortas vidas para construir las defensas suficientes y enfrentar las pérdidas que implica un desastre.
Los niños y niñas dependen de la ayuda y el apoyo externo para sobrellevar la situación. Ante la emergencia pueden presentar altos grados de estrés, ansiedad y miedo frente a la ruptura de las estructuras de seguridad.
A este respecto, Unicef colabora mediante intervenciones que fomenten en los niños y niñas su potencial capacidad de resiliencia para recuperarse de la situación traumática que conlleva la emergencia, y para ello se debe acompañar el proceso de ellos y de sus familias.