Esta historia es el trasplante renal número 68 desde la reapertura del Programa de Trasplantes y Tejidos del Hospital de Clínicas y las protagonistas son una mujer de 41 años de edad y su hija, estudiante de Medicina.
La hija está en el cuarto año de la carrera de Medicina y Cirugía, donó un riñón a su mamá, quien se encontraba con tratamiento de hemodiálisis desde mayo de 2016.
“Lo que hizo mi hija... No hay palabras para describirlo. Es una nueva vida para todos”, afirmó emocionado el papá de la donante y esposo de la receptora.
Según relató Norma Arévalos, nefróloga que participó del procedimiento quirúrgico, la hija se ofreció como donante de su madre desde la primera consulta, entonces iniciaron los estudios para saber si era posible. “Ahora ella realmente le salva la vida a su mamá,”, mencionó.
El equipo interviniente siempre destaca la voluntad de los familiares de pacientes renales en hemodiálisis, describiéndolo como un acto de amor y milagro de vida cuyo fin es dar alivio a un ser querido.
Instaron además a la ciudadanía a reflexionar sobre la donación de órganos de familiares con muerte encefálica o cerebral.
Fernando Abarzúa, urólogo, mencionó que en esta ocasión se trata de un trasplante de riñón.
“Estoy en el grupo Ablación del Donante desde que comenzó el programa; hemos tratado de incorporar una técnica nueva que es la técnica de laparoscópica asistida por la mano, que trae aparejado grandes beneficios, tanto para el donante como para el receptor, porque con esta técnica que es mínimamente invasiva se reduce el tiempo quirúrgico con el donante, se reduce el tiempo que mantenemos al riñón sin sangre y eso después se traduce en una rápida recuperación de la función renal al colocar el nuevo riñón en el receptor”, explicó
En todo sentido este procedimiento laparoscópico es beneficioso, ya que el paciente tendrá un postoperatorio con mucho menos dolor, su reincorporación social será mucho más rápida -además-, disminuye el tiempo en que el riñón queda sin sangre (fuera del cuerpo) y también se traduce en la rápida recuperación del riñón una vez implantado.