Marciano Candia | Amambay
Las dos ciudades fronterizas actualmente están sumergidas en la violencia que imponen diversas gavillas de delincuentes que se disputan el tráfico de drogas y armas de fuego en esta parte del país.
En los últimos días corrieron rumores de que existiría una guerra entre varias facciones criminales, incluso el asesinato recientemente de un integrante de la familia Chimenes Pavão en manos de sicarios que operan al servicio de gavillas rivales brasileñas había desatado una silenciosa guerra que hasta el momento ninguna autoridad paraguaya o brasileña salió a desmentir.
Los militares de élite de las Fuerzas Armadas Brasileñas, con armas de grueso calibre y tanquetas de guerra, tendrán la colaboración de la Policía Federal, al igual que la Receita Federal (Aduana), para el control de ingresos de mercaderías legales e ilegales.
De igual manera, helicópteros brasileños estarían sobrevolando la larga frontera seca para de esta forma evitar los controles de grupos delictivos y narcotraficantes.
Lo llamativo del caso es que hasta el momento no existe ninguna reacción de las autoridades paraguayas sobre los controles de estas magnitudes para así dar tranquilidad a la población.