Un informe publicado recientemente en las páginas de Última Hora describía la crítica situación que se mantiene nuestro país en cuanto a los contagios de enfermedades de transmisión sexual, conocidas por las siglas ITS.
Cada año, unas 10.000 personas –como promedio– reciben el diagnóstico positivo para sífilis. De este numero, cerca de 3.000 son mujeres embarazadas en diferentes periodos de gestación, en su gran mayoría jóvenes de entre 15 y 24 años de edad.
Muchas son reincidentes con la infección, porque poco se logra con el tratamiento en pareja, la estrategia indicada por los especialistas para que la cura sea permanente.
Según apunta el mismo informe, la cultura machista persistente en la sociedad paraguaya tiene una gran incidencia en esta situación. Al detectarse un caso de sífilis, los hombres se muestran más reacios en acompañar a sus respectivas parejas en el tratamiento, que consiste básicamente en tres dosis de penicilina, una por semana.
La dificultad es que el hombre generalmente se muestra más reacio a someterse al test luego de que su pareja ya ha sido diagnosticada con la enfermedad. Al no acompañar el tratamiento en forma conjunta, deja latente el riesgo de que la gestante vuelva a contraer la infección y se la pueda transmitir al bebé.
Solo un 30% de las parejas concluyen el tratamiento, que permiten que sea eficaz y no reincidan con la infección. Debido a esta falta de conciencia, la sífilis persiste por años. al igual que otras enfermedades ITS, como VIH, gonorrea, herpes virus, condiloma o hepatitis b y c.
El informe destaca además que, si bien estas dolencias son más frecuentes en personas de bajo nivel económico, también afectan a personas de todos los estratos sociales y formación académica.
La falla más grave, indicada por los especialistas, es la deficiencia de una adecuada educación sexual que se imparta a los niños y niñas desde edad temprana, desde las escuelas, además del seno familiar. Esta carencia hace que la mayoría de los jóvenes no tengan una percepción de los riesgos, y contraigan fácilmente una enfermedad como la sífilis, que si no se trata y se cura oportunamente, puede producir complicaciones a la largo plazo, e incluso la muerte.
Por ello es necesario redoblar los esfuerzos por superar los prejuicios culturales e impartir una mejor educación sexual en los niños y niñas desde edad temprana, de manera que adquieran toda la información necesaria sobre los cuidados debidos, y los riesgos a los que se exponen para cuando llegue el momento de enfrentar su desarrollo sexual. Será la manera de reducir un crítico panorama en términos de salud pública y dotar de mejores niveles de vida a un amplio sector de la población.